Vacaciones caseras

Ciertamente no tenemos una ciudad que ofrezca mucho entretenimiento, ni siquiera tenemos buenos lugares públicos gratuitos, por eso Asunción es un lugar donde afilar la creatividad como supervivencia. Recuerdo un chiste que, aunque ofendía la idiosincrasia del asunceno, tenía su sentido; el mismo decía que en un concurso había 3 premios: el 1ro. eran vacaciones de lujo por 10 días en París, el segundo 5 días en Cancún y el tercero 90 días en Asunción. ¿Qué tan bien la pasamos en nuestra ciudad? ¿Qué opciones nos brindan las instituciones públicas que acumulan millones y deberían trabajar por la recreación popular?

Ya no tenemos olas de calor en medio de un verano normal, ahora los días de 35 grados son “frescos”. Calor abrasador y, a más de los cortes de agua y luz, no tenemos parques seguros, no tenemos piletas públicas confiables, incluso las privadas no sabemos si están controladas, no hay guía de espectáculos libres y gratuitos para la familia, no hay trasporte regular, todo el movimiento lo absorben los shoppings (y hasta los supermercados como lugar de paseo), donde priman comida poco saludable y parques infantiles en medio del encierro y el ruido. Pero no nos desanimemos y sepamos ver lo bueno: disminuye el tráfico en vacaciones, todavía muchos tienen la dicha de vivir en casas con patio y árboles, algo que en otros países es impensable (y alternar el aire acondicionado), el infaltable y vital tereré, armar la pileta o hasta instalar una ducha en el patio. Gestionar el verano es la consigna. Si vivimos en departamento, tomar algún fin de semana para escapar al interior, a la casa de alguien con jardín, hacer caminatas bien temprano o a la tardecita.

La gente que es muy sociable siempre organiza encuentros o sale, por el contrario, si se es más reservado, superar esta época es quizás mucho más fácil por el temperamento y los hábitos serenos. Leer, por ejemplo, es por excelencia un eterno vacacionar, mucha gente que viaja lleva una novela para leer durante sus viajes, y por qué no hacerlo en casa. Quién haya adquirido el hábito jamás se sentirá solo ni abrumado. O anotarnos en algún curso de pintura, de costura, de tejido, de idiomas, algo que no nos ate.

Por último, observemos que hay gente que llega desde otros países o del interior a pasar un tiempito en Asunción, buscando conocer otro ambiente, reavivar amistades, nutrir lazos familiares, así que la ciudad en su visión es totalmente opuesta al desgano o reniego.

Más que resignación, maña, ingenio entonces para la época veraniega, ocio, buen ocio, busquemos algo que nos mantenga saludables en cuerpo, mente y espíritu. “Cuando no se encuentra descanso en uno mismo, es inútil buscarlo en otra parte” (François de la Rochefoucauld).

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