/arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/A3EVSPAWVRD37O4L4U6JVPVBJQ.jpg)
Cargando...
ISLA UMBÚ, Dpto. de Ñeembucú (Clide Noemí Martínez, corresponsal). El representante de la organización de pequeños y medianos productores del Ñeembucú, Nery Quintana, expresó que se necesita reactivar la agricultura familiar, con una planificación estatal, formando parte de la política del gobierno central, departamental y municipal. Afirmó que para ello hay que trabajar en la recuperación de la fertilidad del suelo y debe ser una prioridad para el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Dijo que se llegó a esta conclusión a través de un diagnóstico realizado por los propios productores agremiados con el respaldo de los técnicos de la Universidad Nacional de Pilar (UNI).
Quintana afirmó igualmente que se debe trabajar en la planificación. Expresó que los proyectos deben perdurar en el tiempo y deben ser objeto de actualizaciones en su aplicación para ir adaptándose a los nuevos desafíos.
Añadió que los agricultores requieren además de mejoramiento de suelo en sus parcelas, acompañamiento técnico, la aplicación de tecnología y mayores recursos. “Cuando mencionamos los recursos no hablamos de regalar dinero, sino facilitar a los productores créditos accesibles”, indicó.
Expresó que el mejoramiento del suelo es fundamental, porque en las actuales condiciones es imposible intentar alguna actividad agrícola en el departamento por la degradación e infertilidad de la tierra en la zona.
Políticas públicas
El productor significó que para lograr la reactivación de la economía campesina es fundamental trabajar en políticas públicas que atraigan el interés de los jóvenes en labrar la tierra. Se debe lograr que los adolescentes del área rural no migren masivamente a zonas urbanas, si se pretende producir y generar bienestar en el campo, alegó.
Añadió que actualmente la zona rural está despoblada, solo quedan los adultos mayores, que ya no tienen las fuerzas necesarias para trabajar la tierra. Lamentó que se multipliquen las fincas abandonadas o alquiladas a los ganaderos para campos de pastoreo.