Problemas de verano

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El verano es una época de diversión y viajes en familia o con amigos. Muchas veces, estos paseos terminan convertidos en tragedia. Los ahogamientos son comunes, sin embargo existen varias medidas a tener en cuenta para poder evitarlos o reaccionar adecuadamente para servir de ayuda a las víctimas.

Hablamos con Rodolfo Arce –oficial a cargo, Bomberos de Asunción–, quien comenta que, ante un caso de ahogamiento, lo primero que se debe hacer es “activar a la central de emergencia, llamando al 132, mencionando que se requiere soporte avanzado de vida y un DEA (desfibrilador externo automático). Esto es de suma importancia, ya que todos los procedimientos que se realicen podrían no ser tan efectivos como estos”, enfatiza el experto, y prosigue explicando que “el procedimiento recomendado y la principal técnica de salvamento es la reanimación cardio-pulmonar (RCP), que se basa en retirar al paciente del agua, ubicarlo sobre una superficie firme y sólida, mantener al corazón bombeando sangre al cerebro por medio de compresiones en el pecho; se hacen por ciclos y podría hacerse o no con insuflaciones, es decir soplando aire a los pulmones. Las compresiones deben ser rápidas y con firmeza, lo ideal es no parar con los ciclos hasta que llegue la ambulancia o que el paciente muestre signos de estar respirando nuevamente. Con los niños muy pequeños las compresiones se pueden realizar con una sola mano o con los pulgares, ya que los huesos son más frágiles”.

También comenta que un error común con la reanimación es hacerla muy lenta, muy suave o incluso dejar de hacerla; una vez que se empiezan las compresiones se debe seguir todo el tiempo que se pueda, ya que es la única forma de seguir enviando sangre al cerebro. “Si el cerebro deja de recibir sangre, puede haber daño permanente a pesar incluso de sobrevivir al ahogamiento”.

El especialista en salvamento explica que el mayor grupo de riesgo en estos casos lo componen los niños, muchas veces porque no saben nadar, y otras incluso porque sí saben y minimizan los peligros. “Deben estar siempre supervisados por un adulto y, de ser posible, vallas de seguridad deberán ubicarse para evitar el acceso de los niños sin supervisión. Más allá del potencial ahogamiento, muchos accidentes ocurren porque los chicos corren cerca del agua, resbalan y caen, se golpean, se cortan, etcétera. En los arroyos, un resbalón puede significar caer sobre piedras, con golpes muy severos”.

Entre las principales causas de ahogamientos, el oficial cita al alcohol, ya que este afecta la coordinación, los reflejos y el equilibrio. “El consumo de bebidas alcohólicas en exceso es una mala idea en todos los escenarios donde uno requiere estar atento o deba realizar actividad física, ya que el cuerpo y la mente se ven disminuidos. Muchas veces los adultos, por los efectos desinhibidores del alcohol, o por ignorancia, minimizan los riesgos –como los niños–, porque creen que saben nadar o porque tienen experiencia”. Los niños deben estar siempre con salvavidas puestos y bajo la supervisión de un adulto.

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Quienes van de pesca deben mantenerse en grupo y usar salvavidas –en niños y adultos–, y no consumir bebidas alcohólicas en exceso. “Una práctica interesante, como el conductor designado, sería que alguien del grupo no consuma alcohol para velar por el resto”, recomienda Rodolfo.

Además, el especialista indica que es importante contar con un botiquín de emergencias que contenga antisépticos, alcohol, agua oxigenada para limpiar heridas o cortaduras, banditas para proteger las heridas, gasa y vendas para los casos más complicados. No olvidar tomar mucha agua para evitar la deshidratación, y utilizar protectores solares para evitar quemaduras. ¿Cuándo llamar a los bomberos? “En cualquier caso. Todos los bomberos y personal de ambulancia están atentos las 24 horas al día los 365 días del año, estamos para ayudar”, concluye Arce.