Aranza tenía apenas tres meses de vida y un cuadro grave de neumonía comenzó a generar en su pequeño cuerpo un sinfín de complicaciones. Ante esta situación y debido a la falta de salas de terapia intensiva en Fuerte Olimpo, Alto Paraguay, la pequeña debía ser trasladada hasta Asunción para recibir el tratamiento de alta complejidad que necesitaba.
Como si eso ya no fuera suficiente obstáculo, las lluvias que habían caído en los últimos días hacían que gran parte de los 771 kilómetros que separan a Fuerte Olimpo de Asunción se encontraran intransitables y que la pista de aterrizaje del aeropuerto local no estuviera en condiciones para recibir al avión que la pudiera trasladar a la capital.
Los pobladores de esa lejana localidad chaqueña hicieron cuanto pudieron para tratar de ayudarla. Armados con trapos y palos de repasar hasta intentaron poner condiciones la maltratada pista de aterrizaje para que el avión pudiera llegar. Los esfuerzos fueron en vano y a pesar de haber luchado todo lo que aguantó su pequeño cuerpo, Aranza no resistió y falleció.
El caso de la pequeña que enlutó a todo el departamento de Alto Paraguay en noviembre pasado, es apenas un ejemplo de cómo la ausencia estatal para la provisión de caminos en condiciones y salas de terapia intensiva cuestan la vida a compatriotas que habitan en suelo chaqueño.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
En los tres departamentos que conforman la Región Occidental o Chaco (Presidente Hayes, Boquerón y Alto Paraguay), no existe siquiera una sola sala de terapia intensiva. Esta situación obliga a que quienes habitan en los puntos más recónditos de esa zona tengan que ingeniarse para llegar a los lugares de atención para casos de alta complejidad.
Supongamos que el lector es familiar de un paciente adulto que debe ser trasladado hasta una sala de terapia intensiva de manera urgente desde la zona de Fuerte Olimpo o Bahía Negra, distantes de Asunción a unos 800 kilómetros ¿Cuáles serían sus alternativas?
La primera vía de salida sería llegar hasta la Villa Choferes del Chaco en un vehículo, si las condiciones del camino dan para la circulación. Eso representaría un viaje de 360 kilómetros para ser llegar a un pequeño puesto de salud, donde los trasbordarían a una ambulancia del Seme para continuar con el camino hasta Asunción, distante todavía a unos 442 kilómetros.
Siempre presumiendo que el camino se encuentre en buen estado para realizar un viaje rápido (algo que no pasa en los días de lluvia), serían alrededor de 12 horas de viaje vía terrestre. Si una lluvia repentina apareciera durante el recorrido, el riesgo de quedar varado durante varios días pondría en riesgo la vida del paciente.
La siguiente opción sería la vía fluvial. Desde Fuerte Olimpo o Bahía Negra se realiza un viaje de unos 200 kilómetros a bordo de una deslizadora para llegar hasta la localidad brasileña de Porto Murtinho, una ciudad ubicada frente a Carmelo Peralta. Allí espera una ambulancia del Seme para continuar el viaje terrestre hasta el Hospital Regional de Pedro Juan Caballero.
En total, incluyendo deslizadora y viaje terrestre, se tardarían unas diez horas para llegar hasta el centro asistencial.
La tercera opción es el traslado aéreo, a bordo de un avión de la Fuera Aérea, que opera gracias a convenios de cooperación entre varias instituciones para situaciones de urgencia. El viaje no llevaría más de dos o tres horas. Eso sí, siempre y cuando las condiciones climáticas no hayan afectado la integridad de la pista de aterrizaje del aeropuerto que aún no es de tiempo completo.
Si bien la situación es paupérrima para los pobladores de esta localidad, empeora aún más para quienes viven en la zona del Centro del Chaco. Carlos Almirón, corresponsal de ABC Color en la zona, recuerda que numerosas han sido las ocasiones en las que los pacientes no pudieron llegar siquiera a Fuerte Olimpo o Bahía Negra para emprender el largo periplo en pos de atención de alta complejidad.
Los del Chaco son la representación más grave de lo que deben atravesar quienes viven en los 9 departamentos del territorio paraguayo que no cuentan con siquiera una sala de terapia intensiva para recibir atención en caso de complejidad.
Datos oficiales a los que tuvo acceso ABC Color a través de solicitudes de acceso a la información pública revelan lo complicado de la situación del sistema público de salud en lo que a unidades de terapia intensiva se refiere, una realidad que cuesta la vida a decenas de compatriotas.
Ñeembucú, en la zona sur de la Región Oriental, es otro de los 9 departamentos que no cuentan con salas de terapia intensiva. Allí, los familiares de pacientes cuyos cuadros requieren de atención compleja optan por subir a balsas y cruzar el río para llegar hasta territorio argentino.
“Es más rápido cruzar el río y llegar hasta los hospitales ya sea en Chaco, Corrientes o Formosa”, cuenta la corresponsal de ABC Color en esa zona del país, Clide Noemí Martínez,
La falta de salas para atención de casos de alta complejidad obliga a que los pacientes sean trasladados a Asunción, lo que requiere un viaje de 368 kilómetros vía terrestre o unas 4 horas de traslado. Es más rápido recurrir, entonces, al servicio de salud argentino; de hecho, hay hospitales del nordeste del vecino país que suelen estar repletos de pacientes paraguayos.
Los pobladores de Alberdi, Villa Franca y Villa Oliva van a Formosa; los de Cerrito, Laureles, Paso de Patria, General Díaz van todos a Corrientes y los de Pilar, Humaitá o Isla Umbú acuden a Resistencia. El viaje, dependiendo del caudal del río, puede tomar desde media hora a sesenta minutos.
Aún así, varios han sido los casos de pacientes fallecidos mientras intentaban cruzar el río.
Y todavía falta hablar de los niños…pero eso será en una próxima entrega.
juan.lezcano@abc.com.py - @juankilezcano
Infografía: Rodrigo Daniel Pujol (rodrigo.vergara@abc.com.py - @PujolRodrigo)