La vieja edificación de tres salas, piso de ladrillo, corredor jere y sótano data de 1940 y es considerada patrimonio histórico-cultural. Los pilares de la casona, las aberturas y el techo están muy comprometidos debido a las vibraciones. Las palomas también generan perjuicios a la pintura y las vigas de la casa.
La casona, que fue habitada por el dramaturgo y poeta paraguayo Julio Correa hasta 1953, está en el barrio luqueño que lleva el nombre del vate. En el edificio, declarado Centro Cultural, diariamente se imparten clases de música, guitarra, arpa, danza y canto. Está administrado por la Gobernación del departamento Central, a cargo del liberal Blas Lanzoni.
Las mejoras ejecutadas en ese entonces tuvieron como objetivo principal la puesta en valor del antiguo edificio. Entre ellas se realizaron la completa reparación del techo, colocación de pisos, contrapisos, revoques, limpieza de obra, servicio de pintura, cielorraso, pintura de interiores y exteriores, además del mantenimiento y reparación de puertas y ventanas de la casa.
Asimismo, se realizó el mantenimiento de las instalaciones eléctricas, colocación de mamparas, revestimiento de azulejos, vidrios, construcción de desagüe pluvial y cloacal. Estos trabajos fueron ejecutados por la empresa del arquitecto Carlos Abraham Meza Ferreira y tuvieron un costo de G. 540 millones, a cargo del MOPC.
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La Gobernación destinó G. 620 millones para las mejoras complementarias, como la muralla perimetral, enrejado de la parte frontal y culminación del anfiteatro que se encuentra en la parte posterior de la casona. Además, se ejecutaron el empastado y el mejoramiento paisajístico del jardín, colocación de canteros, camineros e iluminación exterior.
Por su parte, el artista Carlos Colombino ayudó a la readecuación del museo, donde fueron dispuestos todos los utensilios y pertenencias del dramaturgo. En dos habitaciones de la casona ahora funciona un museo donde las personas, principalmente los estudiantes, pueden ir a conocer un poco más acerca del creador del teatro popular.
En un rincón está un antiguo telón de fondo que permite recordar los tiempos de auge del teatro popular. El acervo expuesto incluye bastones, rifles, lámparas, radiorreceptores y un sillón tipo reposera. Uno de los objetos más llamativos del museo es el cuerpo embalsamado de su fiel perro Pincho.
Para dar vida al centro cultural están abiertas las inscripciones para los cursos de guitarra, órgano, declamación y teatro, dijo el encargado de prensa, Damián Espínola.
Sin embargo, el centro cultural necesita más recursos para seguir existiendo y, sobre todo, urge un mantenimiento constante para que la vieja estructura siga en pie. Otro factor que contribuye al deterioro de la construcción son las vibraciones que generan los grandes camiones y colectivos que circulan sobre las calles adyacentes.
Al respecto, Espínola indicó que ya solicitaron a la Municipalidad de Luque la colocación de lomadas para reducir la velocidad de los vehículos, pero hasta la fecha no obtuvieron respuesta.
Incluso, hace un mes fueron completamente recapadas las calles Comuneros y Antequera, enfrente y detrás de la casona, pero no se previó la instalación de lomadas. Desafortunadamente, las mejoras viales hicieron que los camiones circulen más rápido y en mayor cantidad por el sitio.