El caso que lleva Ruiz Díaz se inició en junio pasado, cuando la Policía recibió la alerta de la supuesta existencia de un túnel debajo del BNF, en el centro de Asunción, que iba a ser usado presuntamente por criminales del Primer Comando Capital (PCC) del Brasil. Ese mes se hicieron varios escaneos con la empresa Prosegur, que no dieron indicios de la existencia de un túnel hecho por el hombre.
En esa ocasión también participaron de los trabajos de escaneo dos supuestos técnicos brasileños llamados Volmir Ganguilher y Eder de Oliveira, quienes dijeron tener un equipo de alta gama y se presentaban como del servicio de inteligencia del Brasil. Resultaron ser dos vulgares cazatesoros. Ambos se manejaban con unos supuestos mapas de la época de la Guerra de la Triple Alianza y se pasearon a sus largas y anchas por varios bancos de Asunción, incluso el Banco Central del Paraguay, con el permiso del jefe de Delitos Económicos, Abel Cañete.
La fiscala manifestó días atrás que solo permitirá que la sede del BNF vuelva a ser escaneada con equipos traídos desde los Estados Unidos con la asistencia de la embajada de ese país. Para ello, está realizando diligencias requeridas por la delegación diplomática a modo de traer estos aparatos de alta gama que tienen gran potencia de escaneo y pueden registrar imágenes a una mayor profundidad. Esto fue confirmado por la propia agente en conversación con ABC Color.
La embajada de EE.UU. podría demorar hasta dos meses en traer estos equipos para hacer los trabajos de escaneo dentro del BNF. La Policía sostiene que allí sí hay túneles, aunque no haya sustento técnico que así lo determine. Además, estos cazatesoros brasileños dijeron en un informe que ellos firmaron con membrete de la Policía Nacional que en el lugar había una “gran cantidad de minerales” (metal), que ellos sospechan sería oro. Ambos extranjeros negaron ser cazatesoros, dijeron que fueron invitados por el comisario Abel Cañete e indicó que solo hacen eso “en sus tiempos libres”. Esto indicaron en su declaración al Ministerio Público.
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Mientras el caso continúa siendo investigado por la fiscala Ruiz Díaz, el comisario Abel Cañete no pudo justificar qué hacían dos extraños civiles recorriendo los bancos de Asunción y la sede de Prosegur en el interior del país. Para colmo, tanto Volmir Ganguilher como Eder de Oliveira dijeron que ellos no cobran “al Estado paraguayo”. Tampoco pudieron justificar sus credenciales de técnicos en el Paraguay.