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Así lo confirmó Víctor Hugo Caballero, secretario general de la Municipalidad de Nanawa, al ser abordado por radio ABC Cardinal sobre la situación que se da en el cementerio local, con las inundaciones que afectan prácticamente el 90% de la ciudad.
La localidad se transformó en un zona “fantasma” debido a la desolación reinante: de los 7.000 habitantes, 6.000 ya abandonaron sus casas y se ubicaron en distritos vecinos. Unos 1.000 lugareños resisten gracias a que cuentan con vivienda de dos plantas y se movilizan por medio de canoas.
La crecida, como era de esperarse, se extendió igualmente hacia el camposanto local, donde fueron enterradas “entre 5.000 y 7.000 personas”, según informó hoy el funcionario comunal, quien aclaró que “acá no hay lo que de repente se llegó a comentar, que están flotando los cajones”. Comentó que la municipalidad recorre diariamente la zona en cuatro lanchas para verificar el estado del cementerio, o al menos lo que pueda divisarse desde la superficie.
Con respecto a la evaluación de los daños, aclaró que es imposible tener un panorama claro sobre el estado de los panteones hasta tanto no bajen completamente las aguas. Sobre un posible daño ambiental, mencionó que la situación ya se previó con la declaración de una emergencia ambiental y sanitaria desde la municipalidad. Indicó que la preocupación igualmente obedece a la posible circulación del dengue, pero reconoció que de momento no se puede establecer control alguno en las actuales circunstancias.
“Los recursos salen del movimiento comercial, que hoy está bajo agua; por ese lado, en cuanto al control y el dengue, estamos prácticamente -diría- en una desesperación total”, refirió. De momento, aclaró que para las autoridades la prioridad son los damnificados. “Necesitamos víveres, necesitamos insumos para la gente damnificada; esa es la prioridad ahora mismo. Hay gente en los albergues, en los que quedan en los sobrados; eso es prioridad ahora mismo”, apuntó.
En caso de registrarse fallecimientos -como ya ocurrió- durante este periodo de inundaciones, la Municipalidad proyectó 45 nichos populares. En lo que va del año, se produjeron cuatro muertes, todas de manera natural. El último caso corresponde a una mujer que en vida había pedido ser enterrada junto a su hija en el cementerio municipal. “Sin embargo, eso no se va a poder y se le va a poner en la parte de arriba en esos nichos en proceso de construcción”, comentó.