Cuadrilátero legislativo

El “exabrupto” que se le cuestiona ahora al senador Paraguayo Cubas es uno más en el historial de agresiones físicas y verbales ocurridas en el Congreso. Muchos de los que ahora piden su sanción estuvieron involucrados en peleas, amenazas y ofensas.

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Este (el Congreso) justamente es un escenario donde podemos disentir, pero de una forma respetuosa”, afirmó ayer el senador Juan Darío Monges (ANR) en la sesión, apoyando el estudio de una sanción contra Paraguayo “Payo Cubas (Cruzada Nacional) por supuestamente agredir a sus colegas Javier Zacarías Irún y Enrique Bacchetta (ambos de la ANR).

Monges se declaró preocupado porque se estaría enviando a la ciudadanía un “mensaje de que este es el peor de los recintos donde tenemos representación”. Curiosa afirmación, viniendo de un parlamentario con antecedentes de diestro pugilista y bravucón.

En plena sesión de Diputados, el 19 de setiembre de 2002, Monges protagonizó una bochornosa pelea en la que asestó golpes de puño a su colega Luis Villamayor (Unace). Las imágenes de esa pelea fueron difundidas mundialmente por cadenas internacionales.

La pelea de ahora “no es una cuestión personal entre Cubas, Zacarías y Bacchetta; es una cuestión del Senado de la Nación. Estamos impregnados en el mundo de una inconducta de un compañero en el Senado”, agregó en su intervención de ayer Monges, algo que -a juzgar por las imágenes de archivo- no importa mucho cuando el protagonista es él.

Monges tuvo otras ocasiones en que casi perdió los estribos, como cuando casi desempolvó los guantes para “medirse” con el actual presidente de la República, Mario Abdo Benítez (ANR), que entonces era su colega en la Cámara Alta.

El 19 de noviembre de 2013, pese a que la confrontación se produjo en la intimidad de la Comisión de Hacienda del Senado, el bochorno igualmente trascendió y pudo haber pasado a mayores si sus colegas no intervenían.

El senador cartista saltó a defender a su colega imputado Víctor Bogado, recriminando al actual presidente el no haber sido un fiel cómplice, ya que Abdo votó por el desafuero de Bogado por el conocido caso de la “niñera de oro”.

La actitud de Cubas es “lamentable desde todos punto de vista. Es que últimamente estamos perdiendo todo el señorío con el tipo de situaciones que se produjeron ayer. Lamento profundamente que esto aconteciera en el recinto del Senado”, afirmó, por su parte, ayer antes de la sesión del Senado, el titular de la Cámara, Silvio “Beto” Ovelar (ANR), alguien que pregona el “valor de la palabra”, sobre todo manteniendo la tradición de respetar los “trato apu’a” aunque las propuestas no sean del todo lícitas.

Pero fuera de sus antecedentes de comprador de cédulas, Ovelar también tuvo varios momentos en la Cámara en que estuvo a punto de llegar a los golpes y también se excedió de palabras. En la sesión del 17 de marzo de 2016, el actual presidente del Congreso tuvo que ser detenido por sus colegas Julio “Pichín” Quiñónez (ANR) y Enrique Bacchetta, ya que, según quedó registrado en un video, estuvo a nada de abalanzarse sobre su correligionario Gustavo “Pipo” Alfonso (ANR).

Ovelar no se ahorró fuertes calificativos para recriminarle a Alfonso una supuesta firma que el guaireño negaba que era suya, en medio de una discusión donde se planteaba un eventual juicio político a ministros de Corte.

Unos años antes, Ovelar ya había tenido una actitud amenazante hacia el senador José Manuel Bóbeda (Unace), que durante una candente discusión interrumpió al senador Juan Carlos Galaverna (ANR), lo que generó la reacción del senador “Trato apu’a”. Finalmente, tras un intercambio de reproches, la situación se diluyó por sí sola.

Bóbeda, de hecho, generó varios cruces en la Cámara, entre los que una vez tentó a “moquete” al senador Enrique Bacchetta, otro de los que ahora defienden la sanción contra Cubas. En aquella ocasión, Bacchetta no había respondido.

Cuando sí se vio descolocado a Bacchetta fue durante la sesión en que tomó juramento Adrián Salas como miembro del Consejo de la Magistratura, cuando se vociferó con Monges. Ambos debieron ser contenidos por sus colegas para no trenzarse ante el pleno. En ese momento, el juramento de Salas, un condimento más para la creciente tensión por el planteamiento de la reelección de Cartes, que se iba gestando.

En otra ocasión, el senador Pedro Santa Cruz (PDP) rompió la actitud de ensimismado que aparenta siempre guardar y encaró al senador Carlos Núñez (ANR) en plena sesión.

Núñez, un excomisario caracterizado por controversiales declaraciones como que las personas homosexuales son un “lacre” de la sociedad, habría incitado verbalmente a Santa Cruz, que –según las filmaciones– se paró y le tentó una suerte de manotazo, aunque el exuniformado dijo posteriormente haber recibido además una patada.

Tampoco hay que olvidar las agresiones verbales. Una de las más recordadas por denotar una bajeza intelectual y verbal es la del senador "Pipo" Alfonso contra la senadora Desirée Masi (PDP), a la que en plena sesión la llamó "gata Flora", en un ataque sin mayores argumentos que la condición de mujer de la legisladora.

Estos incidentes quedaron en la anécdota, sin sanciones para sus responsables. Actualmente, está pendiente de estudio en el Senado un proyecto de suspensión sin goce de dieta contra el senador Cubas.

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