La educación, “en capilla”

Nuestra educación literalmente “está en capilla”, ya que miles de alumnos están obligados a usar hasta recintos de la iglesia ante el riesgo de derrumbe de sus aulas, mientras el gobierno hace pomposos actos entre alfombras rojas y cortes de listones.

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Mientras el Gobierno Nacional y el Ministerio de Educación responsabilizan a gobiernos anteriores -la mayoría de ellos también colorados- e incluso a “empresarios inescrupulosos” por el peligro de derrumbe con el que inician hoy las clases, siguen incurriendo en gastos superfluos como colocar alfombras rojas o preparar listones que cortar para la foto.

“De 7.209 escuelas que tenemos apenas para reducir los riesgos, me duele en el alma decir que 38 de ellas tendrán que ser mudadas a capillas, (...), otras en un galpón, otros en aulas móviles. ¿Y cómo es posible que en 40 años, ministros de todos los colores, funcionarios de todos los colores y empresarios inescrupulosos han construido escuelas que se nos están cayendo?”, indicó el ministro de Educación Enrique Riera.

Si bien dicha situación no deja de ser cierta, este gobierno tampoco ha tomado medidas para cambiar esta situación. Uno de los casos más elocuentes es el del exintendente de Lambaré, Roberto Cárdenas, responsable de construir la aulas en el Colegio Nacional de Lambaré que se derrumbaron sobre los alumnos. Su caso sigue congelado en la Justicia y sigue tan campante y afín al Presidente que es capaz de organizar la campaña proreelección de Horacio Cartes.

En el Colegio Ignacio A. Pane, del barrio Republicano de Asunción, los alumnos no se encontraron con listones patrios para una “inauguración”, sino con cintas perimetrales para impedir el acceso a su escuela por riesgo de derrumbe.

No solo eso, los directivos están obligados a pedir la colaboración de padres y a la sociedad para trasladar sus mobiliarios y tener comodidades básicas como ventiladores y termos para agua en la capilla que será una improvisada aula en la que en un pabellón deberán compartir al menos 4 grados.

“Ni con el esfuerzo mío, ni de todos los funcionarios del ministerio, ni sumando a los 8.000 directores, 70.000 mil docentes y los 1.400.000 mil niños y sus padres alcanzan para arreglar el estado en que se encuentra la educación paraguaya, que en manos de algunos políticos irresponsables de todos los colores, aliados por empresarios irresponsables, han construido escuelas que se han derrumbado y que tiene a los niños con peligro y esta es una realidad que no tenemos que esconder”, afirmó el ministro reflejando un triste panorama de que esta situación está lejos de mejorar.

Justamente las intenciones de cambiar el estado de la educación en nuestro país tampoco se traducen en la inversión, ya que el gobierno de Horacio Cartes está lejos de cumplir la promesa de llegar a una inversión del 7% del Producto Interno Bruto.

El caso de la Escuela Ignacio A.Pane es solo unas de las 60 que fueron clausuradas por peligro de derrumbe. Hoy en todo el país miles de alumnos del interior se encontraron con la misma escena de aulas clausuradas y espacios provisorios.

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