Alertan sobre inundaciones repentinas

La Dirección de Meteorología confirmó que en setiembre arrancará una temporada en que el fenómeno de El Niño se intensificará, lo que traerá intensas lluvias y tormentas. Debido a la falta de buenos sistemas de desagüe, se prevén inundaciones repentinas.

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Julián Báez, director de Meteorología e Hidrología, reafirmó las advertencias que dio ayer Édgar Mayeregger, director de Gestión y Riegos del Ministerio de Agricultura y Ganadería, quien alertó sobre un nuevo periodo de lluvias intensas, debido a que El Niño pasará de intensidad leve a moderada.

El especialista indicó que los fenómenos climáticos serán más severos a partir de finales de setiembre. “Desde finales de setiembre ya tendremos fuertes tormentas y granizadas y a principios de octubre ya estaremos con las precipitaciones mucho más significativas”, explicó.

Señaló que tanto Asunción como otras ciudades nuevamente sufrirán crecidas repentinas, debido a la falta de infraestructura para canalizar el volumen de agua que caerá. “En general, si no estamos preparados (...) Nuestra infraestructura no está preparada para evacuar tanta cantidad de agua y eso se traduce en inundaciones repentinas”, sostuvo.

Las crecidas se darán primeramente en el sur del país. Seguidamente, ya hacia finales de octubre y todo noviembre, la crisis se extenderá hacia el centro y norte de la Región Oriental, así como el Bajo Chaco, según el informe manejado por los especialistas.

Báez mencionó que ante estos pronósticos ya se iniciaron reuniones interinstitucionales, a fin de que todos los sectores involucrados tomen medidas para disminuir el impacto de los fenómenos anunciados. “Con la Secretaría de Emergencia estamos trabajando en un plan para tener los informes a tiempo y que las demás instituciones puedan tomar las medidas en función a la información”, manifestó.

El especialista señaló que la intensificación de El Niño se dará a nivel regional, pero a nivel local las consecuencias podrán ser aún mayor debido a la precaria infraestructura, inclusive en la propia capital del país, donde ante una lluvia de mediana intensidad ya resurgen los caudales que en muchas ocasiones tornan intransibles las calles.

Actualmente, miles de damnificados por las crecidas continúan en refugios provisorios o en precarias viviendas en espacios públicos, debido a la actual crecida del río Paraguay, que se inició en junio pasado. El cauce fue bajando posteriormente a fines de julio y durante el mes de agosto, aunque no lo suficiente para que las poblaciones de las zonas ribereñas vuelvan a sus casas.

Julián Báez señaló que las inundaciones repentinas no solo traerán crisis por el desplazamiento de miles de familias, sino que inclusive se prevén otros problemas consecuentes. Recordó las intensas lluvias de julio pasado, que provocaron desbordes y una planta de Essap terminó afectada, lo que dejó sin agua a Villarrica y Coronel Oviedo.

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