Piden filmaciones para rastrear a los asesinos

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La Fiscalía requirió imágenes de circuito cerrado de comercios del barrio Centro de Curuguaty para intentar rastrear a los dos sicarios que el martes último acabaron con la vida del suboficial Osvaldo Ramírez Lezcano.

El fiscal Vicente Rodríguez se refirió a las últimas diligencias en torno al caso del suboficial Osvaldo Ramírez Lezcano, de 39 años, quien fue asesinado la noche del martes frente a su vivienda, en el barrio Centro de Curuguaty.

En la víspera, los investigadores realizaron varios allanamientos y detuvieron a algunos sospechosos, quienes finalmente fueron liberados al no encontrarse evidencias suficientes sobre nexos con el crimen, según explicó hoy el agente del Ministerio Público en contacto con radio ABC Cardinal.

Rodríguez mencionó que ahora resta aguardar las imágenes de circuito de algunos comercios cercanos para intentar dar con los criminales. “Pedimos a los negocios que nos remitan filmaciones de circuito cerrado, habida cuenta de que el suboficial en la tarde (del martes) estaba jugando un partido en la zona, lugar desde donde ya era observado por los sicarios”, recordó.

Explicó que las filmaciones permitirían recrear el trayecto desde el sitio donde la víctima compartía la jornada de vóley hasta su retorno a casa, donde finalmente fue baleado. “El motoqueiro ya le venía siguiendo desde el lugar donde estaba jugando; hoy estaríamos analizando esas filmaciones a ver si tenemos rostros de los participantes del hecho”, refirió.

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Otro de los puntos importantes dentro de la investigación es el teléfono celular del uniformado asesinado, donde podría haber registros de amenazas previas. “La evidencia más importante es el teléfono celular del suboficial para ver si hay registros de amenazas”, manifestó. El fiscal estimó que en las próximas horas “estaríamos teniendo algunos informes y ojalá tengamos algunos registros de estas llamadas o registros de amenazas en su celular”.

Rodríguez reafirmó que hay antecedentes de amenazas a Osvaldo Ramírez Lezcano por parte de su camarada Marcos Jara, uniformado que hasta el momento está con paradero desconocido. “Creo que en ese entonces (hace un mes) había un problema con el policía Marcos Jara, señalado como dueño de un cargamento de marihuana que cayó en Katueté”, señaló.

De acuerdo a datos que ya manejan los investigadores, “el suboficial Marcos Jara se enojó porque cayó su carga y en un encuentro deportivo se habían amenazado y que llegaría el momento de la venganza”. Mencionó igualmente audios en que el suboficial mayor había denunciado el esquema de corrupción que imperaba en Curuguaty, de donde fue trasladado a Asunción y posteriormente a Alto Paraná.