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La nota fue remitida a los líderes de la CRP de todo el país, en la cual Díaz de Bedoya indica primeramente su “disposición a dimitir y renunciar a mi cargo de presidente” para facilitar que la CRP “recomience su nueva historia con un nuevo liderazgo”.
Sin embargo, líneas más abajo, establece dos condiciones para dejar la titularidad de la institución que ocupa desde hace 20 años: que todos los miembros del Comité Ejecutivo y Comité Central de la CRP renuncien y que ningún directivo de la organización (presidentes de filiales) se presenten a las elecciones para ocupar el cargo que quedaría vacante.
De acuerdo con informaciones, la intención de Díaz de Bedoya, con estas condiciones, es que su hijo Carlos Díaz de Bedoya, quien actualmente se desempeña como asesor jurídico de la organización, sea su reemplazante.
Según la nota del presidente de la Cruz Roja, su decisión obedece a las recomendaciones del Comité de Cumplimiento y Mediación de la Federación Internacional de la Cruz Roja, cuyos miembros arribaron al país a mediados de noviembre pasado para atender las constantes denuncias de irregularidades en el manejo de los fondos solidarios.
Fuentes informaron a ABC Color que el presidente renunciante no quiso hacer públicas las recomendaciones hechas por los mediadores, simplemente se limitó a expresar en la nota que la delegación internacional instó a que se busque un nuevo líder para la CRP, “que no incluya a ninguno de los actuales dirigentes”.
Ahora deberá reunirse la asamblea de la organización para analizar la renuncia de Díaz de Bedoya y evaluar sus condiciones.
El caso de despilfarro en la Cruz Roja Paraguaya salió a flote con la compra de una botella de whisky, que finalmente solo era "la punta del iceberg". Documentos arrimados a nuestro diario demostraron millonarios gastos en bebidas alcohólicas, flores y viajes, además de compras de medicamentos por elevados montos para fines particulares.
Además, una auditoría externa hecha por la firma TMG a la administración del año 2013 de la CRP; demostraron que millonarias sumas de dinero eran utilizados sin factura que demuestren el destino de los gastos, como también alertó sobre el peligroso déficit económico que arrastra la institución hace casi una década.