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Flores comentó que todo comenzó con una historia de amor, pues conoció a la paraguaya Blanca Riveros en una de las festividades de la Virgen de Caacupé. No recordó si fue en el año 1992 ó 1993, pero dijo que ambos se enamoraron y ella lo llevó hasta Torres Cué, en Paso Yobái, donde vivían sus padres.
“Soy curioso y comencé a conocer los parajes alrededor de las tierras donde vivían los padres de Blanquita Riveros”, relató el ecuatoriano en contacto con radio ABC Cardinal. Allí, bañándose en un arroyo, vio una pepita y dijo que era oro. “Blanquita me dijo que era ‘oro gua’u’, pero yo le dije que era de verdad”, detalló.
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“Comencé a sacar oro mientras nadie me veía. Sacaba hacia Asunción a vender y compraba los productos. Al principio nadie me creía, pero luego fundí y empecé a vender. En esa época estaba entre 7 y 8 dólares el gramo (...) Así podría retornar a la campaña con víveres”, relató Flores.
En ese lapso, Flores le comentó esto al papá de su pareja. “Le dije que había que hacer de una forma responsable, le dije que caerían como cuervos, como yryvúes”, dijo. Esta predicción se cumplió y el ecuatoriano dijo que las zonas en donde él comenzó a explorar están totalmente depredadas.
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Esta historia surge en momentos en los que hay una disputa política en Guairá. El gobernador de este departamento, Rodolfo Friedmann, afirmó que toda la pugna gira en torno a la explotación de oro en Paso Yobái.