Árboles: sombra, color y vida

Sombra, color y vida, son solo un poco de lo que nos brindan los árboles. Además algunas especies nutren el suelo para los cultivos, afirma el biólogo Raúl Rivarola. El 19 de junio es el Día del Árbol en Paraguay por lo que habrá una serie de actividades.

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Los árboles son seres que llenan de vida este planeta, nos dan oxígeno, sombra, frutos, madera y además nutren el suelo. Sin embargo, el homo sapiens, el ser humano, en muchos casos no ha sabido apreciar estos espectáculos naturales, y la deforestación indiscriminada aumentó. Con el objetivo de protegerlos, en Paraguay se celebra el Día del Árbol cada 19 de junio.

En un breve recorrido por el Jardín Botánico de Asunción el biólogo Raúl Rivarola nos habló acerca de las características e importancia de los algunos árboles existentes en Paraguay. Rivarola trabaja actualmente para la organización WWF, es biólogo egresado de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), completó un Máster de dos años de doble titularidad: Máster en Bosques y Medios de Vida de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, y Máster en Gestión de Bosques Tropicales de la Universidad Técnica de Dresde, Alemania.

 

Todos los árboles de la familia leguminosa son muy importantes a la hora de pensar en una restauración del ecosistema, según el biólogo Raúl Rivarola. Los de esta familia normalmente tienen hojas compuestas con varios fololiolos, los cuales se asemejan a pequeños granos de arroz.

Las leguminosas nutren el suelo y lo restauran porque fijan nitrógeno en él. Algunos de los que forman parte de esta familias son el tataré, ka’i kyhyjeha, guarapubú, yvyra pytá, yvyraro, entre otras. Los nombres de estos árboles fueron puestos por los guaraníes. “Yo creo que los guaraníes eran muy elocuentes con las nomenclaturas y hacían nombres como para que se nos queden”, expresó Rivarola.

Por ejemplo al ka’i kyhyjeha, lo denominaron así porque decían que el polvito que tiene el tallo del árbol, hacía resbalar a los monos para que no puedan subir a él.

 

Cuando miramos a simple vista, todos los árboles son similares. Sin embargo, en este recorrido, el biólogo Raúl Rivarola, nos ayudó a observar con más detalles y explicó con sus palabras las características de estos árboles de la familia leguminosa.

El tataré o tatané (fuego maloliente) es un árbol muy típico de Asunción, de la cuenca del lago Ypacaraí, las islitas de bosques tienen un tatané, es una leguminosa, que ayuda todos los árboles, se lo llamó así porque cuando su madera se quema tiene mal olor. Su corteza es muy gruesa porque le ayuda a sobrevivir en el fuego, ya que el tataré vive normalmente en lugares donde hay llamas, más conocidos como savanas, una mezcla entre pastizales y bosques. Estos árboles tienen más resistencia porque tienen la parte central oculta.

El guarapubú es un árbol gigante neotropical “es genial como crece” menciona Rivarola. Tiene una forma muy característica que parece una palmera, necesita toda de su fuerza para estirarse. Que se puede plantar cerca de una plantación agropecuaria, porque no da mucha sombra y nutre el suelo para los cultivos.

El yvyra pytã tiene un tallo con la corteza rugosa. El fruto del yvyra pytã es un fruto semi alado, es una legumbre seca, que vuela con el viento. "Llega a ser un árbol de dosel superior, es nativo y estaba acá antes de la invasión europea, acá digo, Asunción, es hermoso, y sus flores son amarillas y la madera es roja, por eso se le llama así. En noviembre, diciembre y enero los bosques del Paraguay están llenos de flores amarillas”, explicó.

Ka'i kyhyjeha es también un árbol de dosel superior que puede llegar a los 30 metros de altura, su tallo es liso y al tocar desprende una familia de polvo que puede resultar resbaladizo. “Es mi preferida para los cultivos”, confesó Rivarola.

Timbó es un árbol que cuando crece en la selva “puede llegar a ser el más grande”, que no tiene que luchar por la luz. Su fruto es tóxico para el ganado por eso muchos en el campo prefieren no cultivarlo.

Últimamente muchas personas se han mostrado sorprendidas al ver espléndidos lapachos rosados floreciendo en pleno otoño, que hacían contraste con las hojas amarillas pálidas cayendo ya sin vida de los árboles. “Que la naturaleza estaba cambiando, que los ciclos se habían acelerado, que los lapachos se han vuelto locos” es lo que rumoreaba la gente al ver semejante espectáculo.

Existe una buena explicación científica para esto: hay dos tipos de lapacho rosados y se diferencian porque unos tienen hojas más grandes y otros, más pequeñas. El primer tipo de lapacho florece entre mayo, junio y julio, en época de fresco y frío en Paraguay; el segundo deja ver su colorido aproximadamente a partir de agosto. ¿Por qué ahora se ven más lapachos en otoño? Pues sencillo, responde Raúl, porque se han cultivado más de esta clase.

El 7 de junio del año 2012 se creó la Ley N.º 4.631 que establece en su Artículo 1.º: "declarase como Árbol Nacional a todas aquellas especies incluidas en el género Tabebuia y Handroanthus, denominadas comúnmente Lapacho o Tajy".

Existen entre seis y ocho tipos de lapachos amarillos, que son un poco más difíciles de diferenciar a simple vista.

 

El tarumá es un árbol que Augusta Roa Bastos nombra en uno de esos cuentos, del Trueno entre las hojas, de un profesor que vivía en el campo: dice que él cada noche ingresaba en las entrañas del tarumá y que cada mañana volvía a nacer, es para Roa un árbol mágico. "El tarumá tiene muchos huecos, es una de la familia de las lamiáceas, florece de azul-liláceo, es hermoso, pero después dan unos frutos hediondos”, relató Raúl.

Estos frutos del tarumá son muy negros y cuando pisás son lilas, “lastimosamente ese fruto nadie aguanta y por eso nadie lo planta. Tiene un olor fuertísimo, por eso yo creo que Roa Bastos le daba un tinte mágico, porque muchas veces vos entrás debajo del tarumá y el olor te marea”, comentó.

Agregó que muchas veces el olor en las plantas es una forma de seleccionar qué depredador quiere que coma el fruto y lleve sus semillas: en caso de que tenga un olor muy fuerte, por ejemplo, es para rechazar mamíferos, así como nosotros, porque los mamíferos tenemos el olfato muy desarrollado.

 

En la historia del planeta tierra siempre el tiempo fue muy cambiante: hace más de 10.000 años empezó esta interglaciación y pasó que empezamos a tirar toneladas y toneladas de carbono, lo que produjo un efecto invernadero nosotros que aceleramos de forma tal que no nos podamos adaptar lo suficientemente rápido.

Entonces lo que tenemos que hacer es desacelerar eso para que podamos adaptarnos, porque de que la tierra se va a calentar, se va a calentar. Pero esta aceleración va a hacer que se extinga una gran cantidad de especies que no se pueden adaptar tan rápido.

La deforestación masiva y sin control repercute negativamente en nuestra posibilidad de adaptarnos al cambio climático. Además, la quema de la masa deforestada incrementa la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

La reforestación o el crecimiento de nuevos bosques absorbe y acumula el carbono de los gases del efecto invernadero, ayudando a su disminución en la atmósfera.

“Bajándolo a nuestro jardín: no cortar el árbol que ya se encuentra nos ayuda a adaptarnos. Plantar otro árbol además del que ya está, nos ayuda a mitigar”, finalizó su explicación el especialista.

En en un informe publicado en marzo la Gerencia de Cambio Climático del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) indicó que Paraguay es el que deforestó más selvas en la región durante los últimos 25 años (1990-2015).

Además, según declaraciones hechas a ABC Color por el titular de la Secretaría del Ambiente (SEAM), Rolando de Barros Barreto, publicadas en el marco del Día del Medio Ambiente el pasado 5 de junio, “en 2015-2016 se deforestaron unas 120.000 hectáreas menos a nivel país, en comparación a las 451.858,28 hectáreas destruidas en el periodo 2011-2013”, datos resultados en los estudios que realizó el Programa Nacional Conjunto ONU REDD integrado por la Secretaría del Ambiente (Seam), el Instituto Forestal Nacional (Infona) y la Federación por la Autodeterminación de los Pueblos Indígenas (FAPI).

Por otra parte, el titular de la SEAM afirmó que si bien los resultados definitivos de los niveles del 2016-2017 aún no se tienen con exactitud, se detectó preliminarmente que la deforestación ha disminuido.

 

Este lunes 19 de junio, se recuerda el Día del Árbol en el Paraguay. Para hacer honor la fecha, este sábado 17, se realiza el “Plantatón 2017”, actividad en la que se plantan aproximadamente 4000 árboles nativos. En esta jornada llevada a cabo en la Costanera de Asunción toda la ciudadanía fue invitada a participar desde las 08:00 en un paseo en bici, a plantar árboles y el avistamiento de aves de la mano de Guyra Paraguay.

La actividad fue organizada en conjunto por: la Comisión de Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Junta Municipal de Asunción, las organizaciones Guyra Paraguay, A Todo Pulmón Paraguay Respira, World Wildlife Fund (WWF), Parque Tecnológico Itaipú y la Cooperativa San Cristóbal.

El lunes, 19 de junio, se realizará la presentación del "Manual de Familias y Géneros de Árboles del Paraguay" a partir de las 8:30 en el salón auditorio del Instituto Nacional Forestal (Infona), ruta II “Mariscal Estigarribia” km 10 y ½ , San Lorenzo.

Además, el pasado 16 de mayo, la Itaipú Binacional y el Instituto Forestal Nacional (Infona) firmaron un contrato de cinco años, tiempo durante el cual deberán implementar un Plan de Apoyo Interinstitucional para realizar políticas ambientales que ayuden a capacitar y concienciar a los personales técnicos para la recuperación, el enriquecimiento y el buen manejo de los bosques degradados del país.

Todo esto en busca de paliar, las deforestaciones masivas en varios sectores del país, como por ejemplo, en la zona de Boquerón y los departamentos del Norte.

 

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