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La familia afectada, que cuenta con tarifa social, reside en la compañía Quira’yty de Nueva Colombia. La factura por consumo de energía que recibieron en diciembre del 2018 fue de G. 30.454.000 y a la fecha la deuda asciende a más de G. 35 millones.
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No fue sino hasta que ABC Color publicara el caso que la ANDE notó esta millonaria diferencia en una vivienda donde el consumo de energía oscilaba entre los G. 8.000 y los G. 20.000 mensuales. Tras una verificación, concluyeron que el medidor instalado presentaba fallas técnicas y reemplazaron el equipo por uno nuevo.
Sin embargo, en el comunicado, la compañía asegura que encontraron algunos “problemas técnicos” en la instalación eléctrica de la vivienda, como cables pelados, los cuales pudieron “provocar pérdidas de energía en contacto con las ramas de árboles”, y apuntan a que esta situación pudo haber causado la falla que derivó a su vez en la millonaria sobrefacturación.
En cuanto a las facturas emitidas, afirman que serán corregidas y normalizadas de acuerdo al consumo ajustado a la tarifa social.
No es la primera vez que la ANDE intenta mirar para otro lado en casos de sobrefacturación. En el primer trimestre de este año, decenas de usuarios denunciaron groseros aumentos de hasta el 300% en sus facturas, tanto en viviendas de la clase media como en beneficiados con tarifa social.
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Al respecto, Pedro Ferreira, titular de la ANDE, culpó a una serie de cuestiones ajenas al ente, como el calor. En la mayoría de los casos de error de lectura que sí reconocen, se trataba de lecturas menores al consumo real, es decir a favor del cliente.