Tres años, una esperanza

Edelio Morínigo cumple otro triste aniversario separado de su familia. Son tres años, 1097 días, desde que fue secuestrado por el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo. En octubre del 2014 fue la última vez que se supo de él.

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“En cualquier momento, si Dios y la Virgen quieren, vamos a reunirnos nuevamente”. Con estas palabras Edelio le daba a su familia un enorme aliento a través de un video difundido por las autoridades el 22 de octubre del 2014, pero que fue grabado el 18 de octubre de ese año. Nunca más se supo de él.

El secuestro más largo de la historia del Paraguay causa un tremendo dolor que a estas alturas ya es casi imperceptible por la sociedad y tal vez por las autoridades. Doña Obdulia Florenciano, su madre, nunca ha descansado rogando información sobre él, su padre Apolonio Morínigo, y la esposa del uniformado Eliza Ledesma, viven cada día con la angustia de una espera tan prolongada.

Edelio disfrutaba de su día libre el 5 de julio del 2014, lo hacía con un grupo de tíos y primos en una jornada de cacería por los montes en el área de ingreso a la estancia Macchi Cue, a unos 3.000 metros de la Ruta V “General Bernardino Caballero”, distrito de Horqueta, departamento de Concepción.

Con armamento rudimentario se adentraron en la espesura esperando llevarse alguna presa, pero pronto los cazadores fueron cazados, al coincidir por mala suerte con un puñado de hombres del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), tal vez al acercarse demasiado a un campamento del grupo armado.

Edelio prestaba servicio en el puesto Policial N° 7 del asentamiento Núcleo 3 de Arroyito, pero ese día no portaba distintivo alguno, sin embargo los criminales lo reconocieron y liberaron a todos sus acompañantes, menos a él.

Tres meses después, en octubre de ese año, coprotagonizaba el video con Arlan Fick, y desde esa fecha hasta hoy solo se cuentan inumerables pedidos de su familia por otra prueba de vida, sin que el grupo criminal, pese a sus numerosas apariciones y secuestros posteriores, diera una respuesta.

Cada secuestrado liberado era una nueva ventana de esperanza para obtener información, pero solo Arlan fue quien compartió espacio con el suboficial, el resto, como Franz Wiebe, no coincidió con él.

El EPP no pidió dinero a cambio de Edelio, sino la libertad de sus miembros recluidos en penitenciarías por secuestro, homicidio y otros hechos punibles. El Gobierno de Horacio Cartes nunca accedió a tal negociación, que fue planteada por los criminales en dos oportunidades. Luego de que venciera el plazo de la segunda “oferta” en 2014, no volvió a ser mencionado por la banda de secuestradores.

Hoy se cumple un año más en la clandestinidad y en la incertidumbre, pero una familia y el país entero eleva su súplica por su liberación.

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