El plan, con el que se pretende asistir a unos 15,5 millones de etíopes que se encuentran en situación de inseguridad alimentaria, busca recaudar al menos 1.000 millones de dólares para financiar la respuesta humanitaria inmediata y garantizar un flujo de ayuda al país durante los próximos cinco meses.
Las necesidades humanitarias para Etiopía este año ascienden a 3.240 millones de dólares, pero hasta ahora sólo se ha logrado reunir un 5 % de esa cantidad, de ahí la urgencia por celebrar esta conferencia de donantes, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
La subsecretaria de la ONU para asuntos humanitarios, Joyce Msuya, alertó al abrir la conferencia que la temporada de menor producción agrícola (de julio a septiembre) se encuentra a la vuelta de la esquina y se prevé que 10,8 millones de personas sufran inseguridad alimentaria crítica, por lo que instó a la comunidad internacional a ayudar para "invertir esta tendencia".
"Hoy el mundo debe estar codo con codo con el pueblo y el Gobierno de Etiopía, que se enfrentan a tiempos difíciles", aseguró la representante de la ONU.
El ministro de Asuntos Exteriores etíope, Taye Atske Selassie, recordó que su gobierno ha puesto en marcha durante los últimos cuarenta años varias iniciativas para enfrentar esta situación.
La más reciente es la nueva Estrategia Nacional de Gestión del Riesgo de Catástrofes, diseñada para aumentar la protección de las vidas humanas y los medios de subsistencia en caso de desastres naturales.
No obstante, el funcionario recordó que "hacer frente a los efectos del cambio climático exige una responsabilidad colectiva mundial".
El discurso inaugural del ministro etíope fue interrumpido por varios espontáneos que acusaron al Gobierno del primer ministro etíope y Nobel de la Paz, Abiy Ahmed, de haber cometido un "genocidio" en el marco de la guerra desarrollada entre 2020 y 2022 en la región septentrional del Tigray para aplacar la rebelión del antiguo partido gobernante regional, el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF).
La rebelión de las fuerzas tigrayanas se produjo después de que Abiy Ahmed sustituyera a su coalición, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope, por un partido unificado sin referencia étnica, el Partido de la Prosperidad, lo que provocó que el TPLF se rebelara contra el gobierno central, a lo que éste respondió con una fuerte ofensiva.
El vicesecretario del ministerio de Asuntos Exteriores de Reino Unido, Andrew Mitchell, quien visitó esta región del Cuerno de África el pasado febrero, puso el foco de atención en las poblaciones vulnerables más afectadas por este conflicto, como las mujeres, los niños, los ancianos y los discapacitados.
"Cuando visitamos el Tigray y vimos las áreas donde la marginación y las dificultades se están desarrollando, encontramos un número creciente de personas, especialmente de niños, sufriendo malnutrición a causa del cambio climático, pero también del desplazamiento causado por los combates", afirmó.
Como consecuencia de esta violencia y de los desastres climáticos, unos 4,5 millones de personas han tenido que huir de sus hogares, haciendo que Etiopía se convierta en uno de los diez países con los mayores niveles de desplazamiento interno del mundo.