El martes próximo se recordará el día del libro. Este año coincide, entre muchas actividades, con el proyecto que lleva adelante Pablo Burián “Un pacto con la lectura” que busca llegar a estudiantes, docentes, padres, de todo el país. La idea busca “convertir al Paraguay en un país de lectores”. Una de las estrategias es la activación o reactivación de unas 600 academias literarias en todo el país, las que recibirán 150 libros cada una de ellas.
A nadie debería importar que una persona, encerrada en su domicilio, beba alcohol hasta reventar. Es su vida privada y debe ser respetada. Ahora bien, esta protección a la privacidad caduca cuando los actos de esa persona alcohólica trascienden su hogar e influyen en la política, por ejemplo. Se sabe que los efectos del alcohol son devastadores en la toma de decisiones.
El fallecimiento de Martin Almada nos enfrenta de nuevo con el pasado de horror de la dictadura. Nos recuerda el hallazgo de los documentos que contienen los padecimientos de un país atrapado por la barbarie. Almada está ligado a ese hallazgo y por eso su nombre se pronuncia con admiración y respeto.
Por muchos años, en el siglo pasado, Buenos Aires fue el centro de producción y radiación de nuestro arte musical, sobre todo. Hoy la cultura artística nacional se ha desplazado hacia la península ibérica, España y Portugal, donde se han multiplicado las actividades de manos de nuestros artistas con muy buenos resultados.
El fiscal Aldo Cantero vuelve a aparecer en otro caso que afecta a Horacio Cartes. Demuestra que están muy unidos en los asuntos turbios. Demuestra, también, que el Ministerio Público sigue en la senda que le marcó Sandra Quiñónez, de triste memoria. No hay democracia que aguante cuando fiscales y jueces viven de rodillas ante el poder político y económico. “Idiota tarifado” le adjetivó a Cantero el presidente de la comisión de asuntos constitucionales de Diputados, Roberto González.
El amanecer del 22 de marzo de 1984 fue distinto al de otros amaneceres. Era la víspera de un pesado silencio en las calles del país que habría de durar cinco años en punto. Ese día ABC Color se despidió de sus lectores en cumplimiento involuntario de una resolución del ministerio del Interior. Dispuso arbitrariamente –contra los mandatos de la Constitución Nacional- la clausura del periódico “por tiempo indeterminado”. ¿La causa? Según la resolución, por “poner en peligro la paz de la República y la estabilidad de las instituciones” y sostener “opiniones de corte sedicioso”.
Mientras algunos políticos se confabulan con abogados y fiscales para envenenar la sangre del país, la actividad artística y cultural redobla sus esfuerzos en procura de limpiar la cara de la República. Por ejemplo, el domingo pasado se clausuraron dos ferias de libros: la Chacu-Guaraní, 24 edición, y la de Capel, 27 edición.
Se esperaba que la Convención Liberal del pasado domingo tuviese el resultado que tuvo. Lo que nadie esperaba fue la reacción del presidente de la República, Santiago Peña. Le enfadó que la asamblea, en uso de sus derechos, expulsase del Partido a cuatro afiliados que se venían destacando en negar que el liberalismo está en la oposición.
La senadora cartista Norma Aquino –también se hace llamar Yami Nal- quiere limitar la libertad de expresión y de prensa contra lo que manda la Constitución Nacional: “...no se dictará ninguna ley que las imposibilite o las restrinja” (Art. 26). Solo podría hacerse con una reforma constitucional en la que los cartistas están muy atareados.
Ayer fue el día de la mujer paraguaya en recordación de las damas que en 1867, en una asamblea, donaron sus joyas “para ayudar al sostenimiento de la guerra” contra la Triple Alianza. En rigor, ya no iban a servir para tan nobles propósitos. A esa altura de la guerra ya nada se podía comprar ni vender.