Mbappé, Griezmann y la dependencia de Francia

Iñaki Dufour Dortmund (Alemania), 10 jul (EFE).- Desde noviembre de 2019, la selección francesa ha logrado 37 victorias en 60 partidos; 29 de ellos con goles o asistencias o bien de Kylian Mbappé o bien de Antoine Griezmann, o bien de los dos, en una demostración de la dependencia del equipo, como ha quedado en evidencia en la Eurocopa 2024.

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La serie es expresiva. Por ese orden, un 0-2 a Albania, un 0-1 a Suecia, un 4-2 a Croacia, un 7-1 a Ucrania, un 1-2 a Croacia, un 4-2 a Suecia, un 0-1 a Bosnia, un 3-0 a Gales, un 3-0 a Bulgaria, un 2-0 a Finlandia, un 2-3 a Bélgica, un 1-2 a España, un 8-0 a Kazajistán, un 0-2 a Finlandia, un 5-0 a Sudáfrica, un 2-0 a Austria, un 4-1 a Australia, un 3-1 a Polonia, un 1-2 a Inglaterra, un 4-0 a Países Bajos, un 0-3 a Gibraltar, un 1-0 a Grecia, un 2-0 a Irlanda, un 1-2 a Países Bajos, un 4-1 a Escocia, un 14-0 a Gibraltar, un 3-2 a Chile, un 3-0 a Luxemburgo...

Y el 0-1 con el que empezó la Eurocopa 2024 ante Austria, cuando el único gol lo provocó Mbappé, en una acción desbordante cuyo centro lo despejó hacia su propia portería el defensa Maximilam Wöber.

Son 29 de los últimos 37 triunfos de Francia en los últimos cuatro años y medio. Sólo ocho no contaron con la colaboración goleadora o pasadora de forma decisiva de los dos jugadores sobre los que apuntan los focos en la eliminación ahora de Francia.

La caída inevitable del equipo, doblegado en las semifinales por España, pero al filo contra Bélgica, en los octavos, cuando ganó por 0-1, o contra Portugal, en los cuartos, cuando pasó en los penaltis por el lanzamiento al poste de Joao Félix, ha ido ligada invariablemente al decepcionante torneo de sus dos estrellas más deslumbrantes e incontestables siempre, hasta ahora.

No ha funcionado Mbappé, un gol de penalti en 464 minutos o 5 encuentros, entre las restricciones y condicionantes de la máscara que debió llevar en tres encuentros por la fractura de nariz sufrida el 17 de junio ante Austria y de la que se desprendió ante España, pero con la misma frustración, tan esporádico e irreconocible como en todo el torneo. De sus 23 remates, sólo ocho fueron a portería. La ocasión final ante España fue un ejemplo, cuando regateó como suele hacia dentro, se perfiló para el tiro y la mandó altísima, sin inquietar a Unai Simón.

Ni tampoco ha funcionado Griezmann, suplente en dos partidos de una fase final con la selección francesa por primera vez en diez años (desde el Mundial de Brasil 2014), con la diferencia de que apenas había empezado entonces su recorrido de 134 choques y 44 goles con 'les bleus' (había jugado solo cuatro duelos antes de aquel torneo) y ahora era un futbolista indiscutible, al menos hasta la Eurocopa 2024, para su técnico, Didier Deschamps.

El máximo goleador de todos los tiempos del Atlético de Madrid, titular en 84 encuentros consecutivos con la selección francesa hasta que se lesionó el pasado marzo, se va de Alemania 2024 sin un solo gol ni una asistencia, con 13 remates (el segundo que más de Francia en esta fase final europea, sólo por detrás de Mbappé), aunque nada más cuatro entre los tres palos. Su precisión ha sido del 81,3 por ciento: acertó 152 de 179 pases. Y ha disputado 393 minutos, el noveno hombre de Francia en ese sentido.

"No quiero poner la responsabilidad en uno u otro. Es mía. Su final de temporada fue difícil, Mbappé tuvo un golpe...", repasó Deschamps tras la eliminación contra España, en un partido en el que Kylian tiró una vez a portería y dos fuera, pero, sobre todo, apenas dio trece pases y sólo recibió 22, entre ellos ocho de Theo Hernández y seis de Adrien Rabiot, a lo largo de los 98 minutos y 5 segundos que jugó. Su intervención fue escasa. Ousmane Dembele, por la otra banda, por ejemplo, fue el destino 35 veces de sus compañeros.

Mientras, Griezmann fue relegado a 34 minutos y 5 segundos de juego por su suplencia.

En esa media hora sobre el campo, recibió cinco pases de sus compañeros y dio otros cinco. Nada más. Sólo estuvo cerca de la portería en un cabezazo que mandó alto ya en los instantes finales del encuentro en el Múnich Arena, donde fue de nuevo intrascendente.

"Empecé mal, me encontré mejor y acabé en el banquillo. Volveremos. Intenté darlo todo, también en diferentes posiciones, por lo que tuve que adaptarme. En defensa estuvimos muy bien durante toda la Eurocopa, pero en ataque fallamos demasiadas ocasiones y eso nos perjudicó. ¿El banquillo? Así son las cosas. Así es la vida de un futbolista. Otros no han jugado ni un minuto, así que no me voy a quejar", declaró Griezmann.

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