El tribunal del distrito de Tokio dictaminó que Romi Hoshino, de 32 años y considerado responsable de la distribución ilegal de contenidos, deberá abonar esa cantidad como compensación a tres editoriales niponas de cómic japonés.
Las demandantes eran las editoriales Shogakukan, Kadokawa y Shueisha, que reclamaban una indemnización conjunta por valor de 1.900 millones de yenes (11,5 millones de euros), según los detalles de la sentencia recogidos por medios locales.
Hoshino ya había sido condenado en 2021 a una pena de cárcel por infracción de la propiedad intelectual como operador de la web Mangamura, que acumulaba un tráfico de más de 100 millones de visitas mensuales hasta que fue deshabilitado en abril de 2018.
Japón ha reforzado en los últimos años su legislación contra la piratería de manga, y en este contexto entró en vigor en 2021 una revisión normativa que prohibía las descargas ilegales de esos productos culturales.
La nueva legislación también pasó a regular las denominadas "páginas web sanguijuela" (leech websites), que proporcionan hipervínculos para descargar archivos torrent con material pirateado.
Descargar música y vídeos con derechos de autor es ilegal en Japón desde 2010 y en 2012 se introdujeron penas de hasta dos años de cárcel y multas de hasta dos millones de yenes (unos 12.000 euros), que desde 2021 se aplican también a la bajada de manga, textos y otros contenidos impresos sujetos a "copyright".
Se estima que la actividad de Mangamura, que tenía material pirata de series populares como "Attack on Titan" (Ataque a los Titanes) o "One Piece", causó unas pérdidas de más de 300.000 millones de yenes (1.820 millones de euros) a editoriales.