Los guardabosques dispararon el domingo contra el cocodrilo, con el permiso de la comunidad aborigen Palumpa (Nganmarriyanga) -dueños tradicionales del terreno donde sucedió el incidente, situado a unos 357 kilómetros al suroeste de la ciudad de Darwin-, según un comunicado publicado este miércoles por la Policía del Territorio Norte.
El cadáver del animal, de 4,2 metros de longitud, fue encontrado la víspera flotando y las autoridades pudieron confirmar que se trata del reptil que atacó a la menor el martes de la semana pasada en riachuelo Mango Creek.
La sargento mayor de la Policía del Territorio Norte, Erica Gibson, dijo en el comunicado que la familia de la menor "ha pedido privacidad en su duelo", en un contexto en el que, según la cultura aborígen, es tabú mencionar el nombre del fallecido por considerar que se llaman a su espíritu de vuelta a la tierra.
Los cocodrilos de estuario (Crocodylus porosus), al igual que los tiburones, son dos temidos animales conocidos por sus esporádicos ataques a humanos, algunos de ellos mortales.
Los cocodrilos de estuario en Australia, unos animales que pueden medir hasta seis metros, abundan en la región tropical del norte australiano después de que fueran declarados una especie protegida en 1971, cuando quedaban unos 3.000 ejemplares silvestres por la caza indiscriminad.
Estas medidas de protección permitieron que la población de cocodrilos de estuario se recuperara en el Territorio Norte hasta alcanzar unos 100.000 ejemplares en la presente década.