La denegación de acceso a actores humanitarios "es una receta para el desastre" que perjudica a migrantes muy vulnerables, aseguró en un comunicado el director de NRC para Polonia, Neil Brighton.
"La Unión Europea (UE) y la comunidad internacional deben apoyar al Gobierno polaco aumentando la capacidad de recepción (de migrantes) en la frontera y enfrentando las causas iniciales de desplazamiento a través de asistencia humanitaria y al desarrollo", agregó.
Según NRC, organización dirigida por el exjefe humanitario de la ONU Jan Egeland, desde el inicio de la crisis migratoria en esa zona fronteriza en 2021 han registrado unos 9.000 casos de devoluciones con violencia.
Al menos 82 personas han muerto por las duras condiciones que sufren los migrantes, incluyendo las bajas temperaturas invernales que suele sufrir esa zona de densos bosques y pantanos.
Muchos de los migrantes que intentan llegar a la UE a través de Bielorrusia proceden de países en conflicto o en crisis como Afganistán, Eritrea o Irak.