Los hechos ocurrieron a alrededor de las 06:00 hora local (05:00 GMT) en la localidad de Ngakorio, en la provincia del Moyen-Chari (sur), cerca de la frontera con la República Centroafricana.
Según testigos, las disputas comenzaron cuando un pastor armado con un rifle disparó a un agricultor que intentaba ahuyentar a los animales de su campo de cultivo.
Esto desató un enfrentamiento general en el que murieron ocho agricultores y cuatro pastores.
"Los gendarmes han logrado calmar a ambas partes. El Gobierno debe proteger a su población de estos bandidos. Son bandidos, no pastores. Según las informaciones, han venido de la República Centroafricana y son ladrones de ganado que se comportan de esta manera", afirmó a EFE por teléfono el jefe de la aldea, Gilbert Mamgo.
Nangtan Jerome, un profesor del pueblo, dijo a EFE que, cuando los agricultores se dirigían a sus campos, "vieron a cientos de bueyes pastando en ellos".
"Un joven agricultor que intentaba ahuyentar a los animales de su campo con palos murió por los disparos de un pastor armado con rifle de guerra", dijo.
Chad es uno de los mayores países productores de ganado de África y tiene casi 94 millones de cabezas de ganado, según un informe reciente del Ministerio de Ganadería y Recursos Animales.
Sin embargo, el método de cultivo es tradicional, extensivo, caracterizado por la movilidad de los animales en busca de puntos de agua y pastos.
Estos recursos disminuyen en cantidad y calidad debido a los efectos de la crisis climática, entre otros factores.
Así, la fuerte presión sobre los recursos tiende a deteriorar las relaciones entre pastores musulmanes nómadas y agricultores nativos sedentarios, en su mayoría cristianos o animistas, con enfrentamientos frecuentes en el sur de Chad y en otras zonas fértiles del país.
Los campesinos acusan a los pastores de saquear sus campos haciendo pastar a sus animales o, incluso, de asentarse en tierras que consideran suyas.
El pasado abril, al menos 43 personas murieron en enfrentamientos entre agricultores y pastores en el sur del país.
En mayo, también en el sur, murieron al menos 27 personas.