Inseguridad con uniforme

Mientras agentes de Policía y de otros entes de seguridad arriesgan sus vidas por mantener el orden y luchar contra la inseguridad, algunos manchan sus uniformes involucrándose en millonarios asaltos, asesinatos, violaciones y venta de drogas incautadas.

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En medio de las limitaciones con que se desenvuelven los agentes encargados de velar por la seguridad, a diario existen muchas historias no contadas de valientes uniformados que van desde frustrar un asalto, sacar de circulación a sospechosos o buscados por la Policía, hasta salvar vidas.

“Te dimos un arma para cuidarnos, y el arma que usas la usas para robarnos” dice parte de una popular canción de la banda mexicana Molotov que se ajusta a lo que se vio en el primer mes y medio del 2017, fuertemente marcado con noticias sobre uniformados que optaron por transgredir las leyes que juraron cumplir y hacer cumplir.

El 8 de enero la Policía informaba de la detención del presunto líder de una banda de asaltantes compuesta por al menos cinco miembros y que operaba en Caacupé. Se trataba del oficial 1º Rubén Darío Cáceres Duarte, de 26 años, personal de la Comisaría 22ª Metropolitana. Se le atribuyen robos menores y hurtos.

Unos días después aparecía una información casi calcada: otro agente policial señalado como cabecilla de una banda criminal, el suboficial Jorge Javier Sostoa (31), quien presta servicios en el puesto policial número 8 del barrio 29 de Setiembre de Salto del Guairá. El mismo aún sigue prófugo, pero su banda fue prácticamente desarticulada.

El grupo está sindicado como responsable del asalto a la residencia de Epifanía Benítez (66), ubicada en la ciudad de Valenzuela, a quien tomaron de rehén por varias horas. Le sustrajeron la suma de US$ 10.000 y G. 20.000.000 que tenía guardada en una caja de seguridad de su habitación. Bajo amenazas de muerte, la víctima se vio obligada a entregar todo el dinero.

El 18 de enero el Comando del Ejército ordenó el arresto de dos soldados profesionales, denunciados por raptar y violar a una joven dentro del propio Cuartel General (ex-Caballería). Julio César Escobar Portillo, de 19 años, y Fernando Isaac Aguilera Sosa, de 18 años, se incorporaron al Ejército apenas el año pasado.

Pese a que la denuncia refiere que el hecho se produjo el 21 de noviembre y a que la Policía ya pidió la captura de ambos, el fiscal de la causa, Marcelo Conigliaro, hasta ese entonces ni siquiera llamó a declarar a los presuntos involucrados, y adujo que uno de ellos era la pareja de la joven.

La víctima, de 22 años, contó que fue raptada por su amigo Julio Escobar, y bajo amenazas la llevó en su motocicleta desde Areguá hasta la ex-Caballería, donde la encerró en un baño y abusó de ella, junto con su camarada. La violación incluso habría sido filmada por los dos jóvenes uniformados, para viralizarla entre los demás camaradas.

Mientras este caso desataba la indignación por el ataque sexual, un agente de policía cometía un brutal intento de feminicidio: acribilló a tiros a su novia, una estudiante de 18 años y posteriormente se quitó la vida, hecho que se registró en el departamento de San Pedro. Se trata del suboficial inspector Artemio Rafael Franco Villalba (36) quien perpetró el hecho durante la fiesta de 15 años de la hermana de la víctima.

El pasado 30 de enero una pareja vivió un doble episodio de inseguridad en el barrio Pinozá de Asunción. En horas de la madrugada, se percataron de que había ingresado un ladrón, por lo que dieron aviso inmediatamente al Sistema 911 y minutos después, llegaron hasta el lugar dos patrulleras de la Comisaría 7ª Metropolitana.

Los agentes recomendaron a la pareja quedarse afuera mientras ellos inspeccionaban la casa, ya que el delincuente había escapado. Una vez que los agentes terminaron de revisar, la pareja notó que desaparecieron joyas valuadas en alrededor de G. 2.000.000 y dos celulares. Los celulares fueron rastreados GPS y finalmente fueron localizados dentro de la comisaría a la que se había pedido ayuda. Los suboficiales segundo Diego Armando Rivarola, Ygnacio Ayala Delvalle, Juan Ramón Cardozo Balbuena y Jorge Benítez Díaz surgen como sospechosos de la sustracción de los artículos.

La Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) no estuvo alejado de la polémica, pues uno de sus agentes especiales, Arnaldo Andrés Segovia Morales, de 26 años, fue detenido tras comercializar al menos dos bolsas llenas de cocaína antes de ser descubierto y perseguido por más de 40 kilómetros por la Policía, el 7 de febrero. En su automóvil llevaba otros 11 kilos de la droga.

El 9 de febrero era detenido Óscar Daniel Duarte Villalba durante un intento de asalto a una playa de estacionamientos, con toma de rehén. Se trata de un exsuboficial ayudante, dado de baja en el 2007 debido a su participación en un asalto a una gasolinera en Lambaré.

El suboficial 2º de Policía Lorenzo Manolo Vargas Giménez (28) confesó haber asesinado a golpes a su expareja María del Carmen Mendieta González (24), porque esta quería terminar definitivamente con la relación sentimental.

El 15 de febrero fue detenido el oficial ayudante Cristian Eduardo Chamorro Barboza (24), por intentar raptar y abusar sexualmente de una joven, a quien amenazó con un arma de fuego, hecho que quedó grabado en video. El mismo cuenta con un antecedente por coacción sexual en 2014 y fue calificado por sus camaradas como un “psicópata sexual”.

El último uniformado implicado en un hecho violento es el suboficial principal Alejandro Adalberto Venialgo Bogado (49), quien fue detenido por abrir fuego contra un limpiavidrios de 18 años en un cruce semafórico en San Lorenzo.

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