El valor de una marca no solo reside en su capacidad de ser reconocida o recordada, sino también en su potencial para diferenciarse de sus competidores, recalcó el expresidente de la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP), Carlos Jorge Biedermann. Subrayó que la publicidad es clave no solo para mantener una presencia constante en la mente del consumidor, sino también para construir un propósito que otorgue relevancia a largo plazo.

“Si una marca es conocida, es recordada y es preferida, es una marca que tiene un valor importante porque obviamente representa y simboliza algo que va a ser demandado por el público, porque el público lo va a reconocer, lo va a recordar y lo va a preferir versus otras marcas que existen en el mercado”, sostuvo Biedermann. Remarcó que, en este sentido, una estrategia publicitaria efectiva contribuye significativamente a ese valor.

Además de la inversión publicitaria, destacó que aspectos como el liderazgo de la marca, su presencia en diversas plataformas, su esquema de distribución al consumidor final, su funcionalidad diaria y el prestigio que posea, son factores determinantes para su éxito. “Hay una serie de elementos que dependen de la categoría en la cual está activando o está disputando o está desarrollando su gestión la marca, pero que obviamente combinadas contribuyen a esa recordación espontánea que todos tenemos sobre ciertas marcas en determinadas categorías”, explicó.

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Las marcas en la construcción

Además, por otro lado, en sectores como el de la construcción o industrias similares dentro de la economía, el posicionamiento de una marca adquiere una relevancia especial. Las marcas que operan en industrias donde las inversiones son a largo plazo necesitan ser percibidas como sinónimo de garantía y solidez, y estos atributos sólo pueden lograrse mediante una combinación de producto de calidad y una comunicación efectiva que resuene con los consumidores, sostuvo Pascual Rubiani, referente del sector publicitario.

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“Nadie construye para un mediano o un corto plazo. Estamos hablando de construcciones que tienen que ver con inversiones de largo plazo. Entonces la gente tiende a comprar marcas conocidas y reconocidas (...) que afectan incluso a la imagen en términos de garantías adicionales. A quién la estoy comprando y cuál es la reposición que voy a tener si tengo un problema, o cuál es la garantía que voy a tener por venta”, señaló Rubiani.

Activo estratégico de la sociedad actual

En esa línea, por su parte, el presidente de la Asociación Paraguaya de Agencias de Publicidad (APAP), Daniel Achaval, resaltó que las marcas se han convertido en un activo estratégico en la sociedad actual, capaz de generar asociaciones emocionales que incluyen confianza y prestigio. Esta conexión emocional es lo que permite a las marcas trascender el simple producto o servicio que ofrecen, destacó.

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“La marca te da la posibilidad de que tengas una herramienta que construya algo que sea mucho más grande que el producto en sí mismo (...) Cuando uno hace una buena marca, una buena historia alrededor, le carga de valores, de emociones, de procesos, de calidad. Tenés una garantía de que lo que estás entregando es muy bueno siempre”, sostuvo.

Construir confianza y establecer una conexión emocional permite que las marcas no solo se mantengan en la mente del público, sino que se conviertan en parte de sus vidas, generando lealtad y una preferencia que va más allá de las simples características del producto, concluyó Achaval.