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El joven de 17 años contó su desgarradora historia que empezó cuando solo tenía siete años, en una época cuando los juegos y la inocencia primaban en su vida.
Con autorización de los padres de la víctima, cuyos nombres omitimos, ABC Color accedió a la triste historia que tuvo como protagonista al menor de 17 años y su tío político Carlos Fabián Sand.
Todo comenzó con un tierno e inocente beso que el menor dio a su tío político, como una muestra de cariño. Ese fue el comienzo de una relación familiar que creció y se convirtió en algo nocivo para el nene, hoy día joven.
Los papás del nene confiaban en los tíos ciegamente, sin imaginar que la situación era como dejar al zorro al mando del gallinero.
A los siete años eran besos, pero a los ocho se convirtieron en pláticas de cuestiones sexuales y lo más grave: el niño era inducido a realizar el sexo oral a su tío, según consta en la declaración de la víctima.
A los 10 años, la situación se complicaba, porque el tío supuestamente le mostraba páginas pornográficas de internet, con altos contenidos sexuales y eróticos. Casi siempre pasaba los viernes en la casa del acusado, donde la excusa era que jugaban ajedrez.
Finalmente, la inocencia del niño quedaría destrozada a los 11 años, cuando el acusado tuvo relaciones con el sobrino. “A los 11 años más o menos tuvimos sexo anal. Para mí fue lo peor que me pasó en la vida, fue horrible, qué asco cada vez que recuerdo”, dice una parte de la declaración de la víctima ante una sicóloga.
“Yo chillaba, le decía para que parara, pero él me decía que faltaba poco. Para mí fueron como tres horas largas”, declaró.
Los padres sospecharon que algo extraño pasaba, por lo que hicieron que el niño ya no vea más a su tío, pero en encuentros familiares casuales, Sand intercambiaba a escondidas fotos eróticas con su sobrino.
Las secuelas fueron terribles porque la víctima, con sus sólo 14 años, ingresó a la promiscuidad sexual y a un estado de depresión. “Yo estaba muy deprimido, irritable, nervioso, agresivo, tenía graves problemas en el colegio con las materias, estaba mal”, explicó en su momento.
Luego de todo el tratamiento sicológico, el menor apunta a encontrar el rumbo en su vida, luego de casi 10 años de pesadilla. Su sueño es ser un gran pianista, además de terminar el colegio y luego estudiar sicología.
“Quiero ser sicológo, pianista y ayudarle a la gente que necesita desde mi propia experiencia y que se puede salir de eso”, reflexionó en su declaración.
El hoy acusado también brindó su versión de los hechos ante la fiscala Stella Mary Cano, donde en parte reconoció los hechos, aunque no estuvo obligado a declarar en su contra.
“Quiero manifestar que no fui yo quien comenzó las seducciones ni las caricias, que de alguna manera *** ya tenía esas conductas o esas tendencias, que él constantemente procuraba estar abrazado a mí, agarrado de mi mano”, declaró en su momento.
Agregó: “Él intentó besarme, tenía entre los 8 años y medio y 9. Yo, en mi debilidad, cedí a las insistencias de él y él sí comenzó, él, no yo, a acariciarme y a tocarme de manera sexual”.
En otra parte de la declaración dijo: “Allí es donde yo desgraciadamente permití que me toque, y eso se produjo de cinco a seis veces, donde él me acariciaba, él me tocaba y eso es absolutamente todo lo que pasó”.
Finalmente, dijo que no hubo relación íntima sexual entre ambos. El juez Alcides Corbeta elevó la causa a juicio oral y público.
Sand sigue en reclusión y, al igual que el menor, espera que el juicio oral y público eche luz sobre esta compleja causa de pedofilia.
Sus padres dieron a conocer el caso, para que otros menores no sean víctimas de este delito. Pidieron que sus nombres no se publiquen, para preservar la integridad del afectado.