"Es bueno para el kárate, es la final que esperaba todo el mundo", dijo sobre la coincidencia con su gran rival, a la que ya ganó en la final del último campeonato del mundo.
"Emoción, ganas y mala leche" experimentó al llegar al Nippon Budokan el día del estreno olímpico del kárate, tras unos años que han supuesto "una montaña rusa de emociones" por la incertidumbre sobre la disputa de los Juegos.
"Si los Juegos se hacían es porque el mundo iba un poco mejor", dijo.
"He dormido bien. La verdad que me he despertado antes de lo habitual. Lo primero que he hecho ha sido felicitar a Jesús (del Moral, su entrenador y marido) por nuestro aniversario. Día 5, cinco años de casados, en un ciclo olímpico de cinco años... muchas casualidades", señaló entre risas.
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"Y le dije: 'Te voy a regalar por el aniversario una medalla olímpica'. A ver qué hace él, no digo que me lo mejore, pero ¡que me lo iguale!", dijo la karateca talaverana.
"Venia con la responsabilidad de querer llegar a la final, pero confiaba mucho en todo lo que hemos entrenado. Lo que quería era salir al tatami, tenía esa ansiedad", afirmó.
La final se disputará a las 19.50 horas (12.50 en España). Mientras llega el momento, Sandra irá a la Villa "a comer y desconectar un poco".
