La música sonó a pesar de la lluvia

TRINIDAD, Itapúa (De nuestra redacción regional). Con gran afluencia de público, los amantes de la música barroca tuvieron que ingresar por grupo, en un lugar techado, pero muy reducido. Estuvo presente el vicepresidente Juan Afara y todo un séquito de custodios que se encargaron de obstaculizar la visión e impedir el ingreso de periodistas.

Bajo la dirección artística de Luis Szarán, con una orquesta reducida, los jóvenes músicos ejecutaron una serie de interpretaciones. “El propósito es difundir la música barroca en los escenarios jesuíticos originarios”, explicó el maestro. Afirmó que el aporte a los jóvenes en estos cinco días de presentaciones en las Misiones Jesuíticas es, para cada uno, una experiencia de capacitación musical y desarrollo personal inigualables.

Esta experiencia permitirá avanzar en el rescate de los vestigios jesuíticos y la paralela sensibilización de las comunidades donde, hace más de cuatro siglos, habitaron los jesuitas que evangelizaron a los guaraníes, afirmó.

Con la edición 2015 del Camping y Gira Musical Barroco Guaraní “Sonidos del Mundo” presentado por Sonidos de la Tierra, el rescate cultural de las raíces guaraníticas y jesuíticas comienza a ser una realidad concreta.

El concierto en Trinidad fue el marco ideal para la entrega de la Medalla para la Creatividad, al maestro Luis Szarán, otorgada por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). Este reconocimiento fue entregado por la directora nacional de Propiedad Intelectual, Patricia Stanley, y busca reconocer a aquellos artistas que se hayan distinguido por su obra y talento. Se concede a personas que contribuyeron al desarrollo cultural, social y económico en el ámbito de derecho de autor y derechos conexos, de sus respectivos países.

La Orquesta Sonidos del Mundo, compuesta por siete violines, cuatro violas, cuatro cellos, dos contrabajos, dos flautas, clarinete, fagot, corno, trompeta, percusión, arpa y dos sopranos, se presentó bajo la dirección musical del maestro coreano Pedro Vakh y los trabajos de preparación de Gustavo Barrientos.

El ensamble Paraguay Barroco estuvo compuesto por dos sopranos, tres violines, flauta, cello, laúd ateorbado, arpa de dos órdenes, guitarra de cuatro órdenes y canto alto.