Paraguay y Brasil evalúan las acciones urgentes para mitigar los efectos de la bajante del río Paraná. Con esa intención se realizó ayer la segunda reunión bilateral coordinada por la Cancillería Nacional, en la que participaron representantes de las instituciones competentes de ambos países.
El viceministro de Relaciones Económicas e Integración de la Cancillería, Didier Olmedo, informó que la próxima semana tendrían novedades respecto al pedido que hizo nuestro país para liberar del embalse de Itaipú 12.000 m³/s durante seis días. Esto permitiría que el río Paraná alcance una altura de 1,20 a 1,40 metros, aguas abajo de la represa de Yacyretá (hidrómetro de Ituzaingó) y serviría para reactivar el desplazamiento de barcazas con granos que hoy no pueden navegar.
Explicó que, en una videoconferencia evaluaron las opciones para compensar el déficit hídrico histórico que presenta el Paraná debido a las condiciones hidro meteorológicas que están afectando a toda la cuenca.
La delegación paraguaya estuvo liderada por Olmedo, a quien acompañaron representantes de la Dirección de Meteorología e Hidrología, de la Administración Nacional de Navegación y Puertos, del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible, de las entidades binacional Itaipú y Yacyretá, entre otros. Una tercera reunión está prevista para el martes 28 de abril, fecha en la que ya se definiría la posición de Brasil respecto al pedido paraguayo.
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Además del análisis de la situación en sus aspectos político, económico, técnico, jurídico y ambiental, se enfatizó en las secuelas negativos del fenómeno en el comercio exterior. Se habló de la cadena productiva y logística, así como de la cadena de pagos, a partir de la importancia de los departamentos de Alto Paraná, Itapúa y Misiones como polos agrícolas más importantes del país, sobre todo de la producción registrada en 2019-2020 de soja y de sus derivados; maíz, trigo y arroz que rondan 3,5 millones de Ton, valoradas en US$ 1.050 millones, comentó el viceministro.