Con todos los riesgos que ello implica para la ciudadanía, el medioambiente y el propio Estado, en un momento dado la autoridad competente va a tener que expedirse sobre todo esto, advirtió.
En cuanto al presunto desorden existente en cuanto a los documentaciones presentados por estos importadores a la Dirección Nacional de Aduanas, el dirigente empresarial manifestó que a los importadores formales se les exigen normalmente documentos originales, a través de los cuales se puedan conocer tanto el origen como el destino de los productos.
En este caso, la Aduanas es la institución que debe actuar de una manera mucho más rigurosa en el proceso de verificación de estos documentos, expresó.
Añadió que otra gran incógnita sigue siendo la definición del valor referencial (imponible) de los vehículos usados que se traen del exterior, que supuestamente están ingresando con algún daño en origen.
EFECTO
Asimismo, Haber remarcó que la importación de automotores de segunda mano, permitida por ley, se está convirtiendo en una fuerte competencia, hasta si se quiere desleal, para las importadoras tradicionales de autos nuevos, que han invertido en marketing, publicidad y, sobre todo, en la instalación de un servicio técnico para garantizar la calidad y el mantenimiento de los vehículos, que, en el caso de los usados, no se exigen.
Esto mismo sienten las empresas multinacionales que están radicadas en el Paraguay, que son obligadas a competir con los productos que representan, pero que ingresan de contrabando desde Clorinda, que en este caso es más grave, porque en materia de alimentos y bebidas la salubridad y seguridad son temas de fondo, expresó.
PRECIOS ALTOS
Al señalarle que mucha gente justifica el ingreso de los autos usados ante los altos precios de las concesionarias, Haber contestó que de ninguna manera se puede justificar una importación casi sin control.
Porque eso ocurre también con las mercaderías de consumo masivo, cuyos representantes están obligados a pagar arancel aduanero, IVA, impuesto a la renta, etc.,, remarcó.
Agregó que estas empresas formales también asumen costos de estudios de mercado, realizan campañas de publicidad y servicios de distribución.
Sin embargo, productos de las mismas marcas representadas en nuestro país están ingresando masivamente de contrabando, libres de todo impuesto y sin garantía alguna para el consumidor final, aseveró.
ESTRUCTURA
Haber manifestó que, así como están las cosas hoy, va a llegar un momento en que no tendría sentido alguno tener un representante con una estructura empresarial local, que se haga responsable de lo que pueda pasar con este tipo de productos, sean estos automotores, maquinarias o productos de consumo masivo.
Añadió que la importación casi sin control de automotores usados, considerados chatarra en sus países de origen, está afectando fuertemente a los importadores de autos nuevos, que han visto reducidas sus operaciones, pese a que están ofreciendo facilidades para la compra local.