Cargando...
En el reciente escrito de recusación presentado por la defensa de Petrobras contra los camaristas Carlos Escobar y Eusebio Melgarejo Coronel, de la 4ª Sala, que aún no resolvió este caso, se supieron detalles inéditos y hasta pintorescos de este millonario juicio en que Compasa, que le debía dinero a la brasileña, terminó beneficiándose con un fallo judicial de US$ 18 millones, en primera instancia. Esta compañía tiene como presidente a José Amarilla Vago.
En el voluminoso expediente de 6 tomos, que es visto por varios representantes del Poder Judicial “como un cheque en blanco próximo a cobrar”, se ventiló que uno de los camaristas recusados (Carlos Escobar), a pesar de haber sido doblemente recusado en la causa, se aferra a “entender” en el proceso. Incluso se supo que le llevó apenas 5 días para “leer” alrededor de 400 páginas que tiene el expediente para emitir “su voto cerrado” para confirmar el fallo condenatorio contra Petrobras de primera instancia, que fue emitido por la jueza Julia Rosa Alonso Martínez el 10 de febrero de 2015. Tan irregular es el proceso judicial que el “voto cerrado” se supo mucho antes de ser oficializado.
Resulta aún más llamativo que el otro camarista de la sala, también recusado, Eusebio Melgarejo Coronel, hizo exactamente lo mismo que su colega, pero a él apenas le llevó tres horas “analizar” los 6 tomos y también votó en contra de Petrobras.
Cualquier abogado del foro sabe que el tiempo “normal” de demora para el primer voto de cada magistrado en la cámara civil, como en este caso, generalmente es de unos seis meses, lo que totalizando los tres votos de los magistrados que integran la sala, se tiene una demora de entre 9 meses a un año, como mínimo. Este es un caso inédito de “eficiencia judicial” y nos recuerda una publicación de nuestro diario del 11 de setiembre de 2014 que desnudó una pelea entre los camaristas de esta misma sala en una demanda por US$ 20 millones, por un proceso amañado que tuvo como protagonistas a los mismos camaristas citados.
La empresa brasileña igualmente denunció en el expediente, durante el trámite en primera instancia, que le fueron cercenados derechos básicos a la defensa y que la jueza validó pruebas distorsionadas.
RECIBIRÁ 120 VECES MÁS
El emblema Compasa, que demandó a Petrobras porque esta le suspendió el suministro de asfalto ya que la paraguaya no le pagaba, terminó cerrando “un negocio redondo” de la mano de nuestra cuestionada justicia. Con menos de dos años de duración del vínculo comercial, lapso en el cual obtuvo una ganancia bruta de US$ 150.000, Compasa terminará recibiendo 120 veces más gracias a la gavilla judicial paraguaya, una muestra palpable de cómo ahuyentar cualquier inversión en el país.