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“El juez que se anime a blanquear el caso tiene que saber que como este viaducto se hizo con irregularidades, va a seguir dando señales de que allí hubo recortes. Seguirá habiendo consecuencias”, manifestó ayer ante nuestra consulta el Ing. Hermann Pankow, proyectista del diseño original del “superviaducto”.
El profesional anunció que si algún magistrado da lugar al pedido de desestimación del fiscal Nelson Ruiz, él va a apelar. En caso de que haya desestimación, el ministro de Obras Públicas, Ramón Jiménez Gaona, uno de los denunciados por lesión de confianza y asociación criminal en el caso, puede lograr su “blanqueo” a poco de dejar dicho cargo.
De acuerdo a Pankow, para la investigación del caso, en el peritaje, se necesitan especialistas estructural, hidráulico, geotécnico, vial, etc, y que en este caso no fue así. “Las arquitectas a cargo no están calificadas para una obra como esta, a no ser que para realizar su informe se hayan asesorado”, apuntó.
“Ese informe pericial es bastante dudoso. Van a tener que presentar informes fiscales y no existen. ¿Dónde están los fiscalizadores? Porque un ingeniero especializado no va a poner su firma para una aberración como esta”, agregó. Criticó además que ya pasó un año de su denuncia (mayo 2017) y hasta el momento no hubo imputados. La obra aún no fue entregada oficialmente y no se registraron multas.
“Ahí se robó”
“Ese viaducto va a seguir reclamando que ahí se robó”, indicó Pankow, añadiendo que un auto que colisione contra la pared del túnel por mas leve que sea la colisión, va a derrumbar todo el revestimiento (sacaron la protección contra colisiones para ahorrar en hormigón). Además, siempre habrá filtraciones y fisuras en las paredes del túnel; habrá embotellamientos en el carril que viene de Madame Lynch hacia Luque por el sur, porque el puente sobre el arroyo Itay no tiene el paso peatonal, y las barandas allí están próximas al transito y es peligroso, describió.
También hizo notar que la rampa oeste está desaplomada, mal compactada, y puede derrumbarse si un vehículo colisiona allí abajo (sacaron la protección contra colisiones que tenía el proyecto licitado). Cree también que habrá más inundaciones y más apagones. La estructura depende 100% del bombeo, mientras que con el proyecto licitado no dependía. Además, falta un generador (se licitaron dos).
El superviaducto costó G. 124.210 millones y la obra estuvo a cargo de la firma española Isolux Corsán, investigada en su país por supuesta participación en un esquema de coimas.