Por otro lado, el meteorólogo Carlos Santacruz explicó ayer que las conocidas como corrientes microdescendentes que afectaron recientemente a las ciudades de Ñemby (Central) y Cerrito (Ñeembucú) son comunes cuando se presentan tormentas, pero pasan desapercibidas porque ocurren en zonas poco pobladas. Señaló que son casi tan destructivas como un tornado de media categoría.
“En este caso afectó un lugar donde tenemos mucha densidad poblacional, entonces se resiente”, indicó Santacruz.
Aseguró que nuestro país está bajo influencia de este tipo de fenómenos y están en la mayoría de las tormentas, pues es una característica de la región. Explicó que se generan en las nubes de tormentas y tienen un impacto muy puntual. Se generan con vientos de 200 kilómetros por hora y tienen una duración máxima de 15 minutos.
Añadió que la principal diferencia con los tornados es que en las microdescendentes el peso del aire desciende de manera horizontal y aplasta las infraestructuras, mientras que los tornados arrastran todo a su paso. Haciendo una analogía podría ser como un tornado de categoría F2, que es de baja-intermedia en intensidad, explicó.
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El profesional subrayó que son fenómenos iguales en cuanto a destrucción, pero diferentes en la génesis y el desarrollo.