El hombre empieza su trabajo a las 4:00 de la madrugada con la limpieza de las vísceras. Luego sale en un carro estirado a caballo, a partir de las 6:00 a recorrer un sector de la ciudad para comercializar los productos.
En el carro ofrece a su clientela hígado, mondongo, lengua, corazón, riñones, patas, tripa gorda, chinchulín y otras vísceras.
Areco una vez culminado su itinerario se queda desde las 8:00 hasta las 10:00, sobre la calle monseñor Bogarín al costado de la plaza Boquerón de la ciudad.
El trabajador señaló que desde la implementación de las medidas sanitarias, las ventas disminuyeron en 70 por ciento. Añadió que todos los días suele salir a vender sus productos, pero ahora desde la restricción recorre dos a tres veces por semana.
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Añadió que antes de entrar en vigencia la medida sanitaria, vendía menudencias de seis a siete animales faenados en el matadero municipal. Ahora apenas comercializa de dos vacunos, indicó.
