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Además, varios sectores del parque son usados como vertederos clandestinos por los damnificados que lo usurparon desde inicios de este año tras la subida del nivel del río Paraguay. También existen vertederos de basuras en las calles adyacentes al parque, donde los residuos sólidos se mezclan con los efluentes cloacales degradando aún más el panorama.
El aspecto del emblemático parque municipal es desolador.
Muy atrás quedó la época en que los asuncenos iban a refrescarse en su hermosa piscina o simplemente hacían una caminata bajo los frondosos árboles.
Las personas ya no pueden circular en el área libremente. Se convirtió en una guarida de delincuentes y drogadictos.
El martes último periodistas de nuestro diario hicieron un recorrido por los alrededores en un vehículo particular.
Un grupo de drogadictos que llevaban palos en las manos, al ver que se estaba sacando fotos con un teléfono celular corrieron hacia el vehículo y lo rodearon pidiendo dinero. La persona que conducía no tuvo tiempo de cerrar todas las ventanas y una integrante del grupo arrojó dentro del automóvil la colilla del cigarrillo que estaba fumando. Uno de los jóvenes se colocó delante del vehículo para evitar que se moviera.
La situación no pasó de un gran susto, pero la historia podía haber sido diferente si las personas circulaban a pie.
El parque se convirtió en zona roja, un sitio absolutamente inseguro, a pesar de que se encuentra a pocos metros una comisaría (5ta. Metropolitana), y a un par de cuadras la Comandancia de la Policía Nacional.