La corriente recién se restableció ayer en horas de la mañana, pero hasta el momento, debido a la baja tensión, no logró enfriar las cámaras, las cuales se mantienen en 32 °C. Explicó que las bananas deben estar al menos cuatro días en refrigeración para que maduren y sean aptas para la venta.
Cuando iniciaron los cortes de luz, ante la angustia de saber que tanta comida se echaría a perder, decidió rematarla. “Tenía que vender a 25.000 unas 500 cajas, pero las oferté a G. 5.000”, indicó.
Por otro lado, el comerciante se quejó de que la ANDE pide que se sea comprensible en estas situaciones, sin embargo, “cuando yo me atrasé un mes en el pago del servicio, ellos no me perdonaron nada, enseguida me cortaron la luz y en aquel entonces también se pudrieron mis frutas”.
Solidaridad, a pesar de la desgracia
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Que el infortunio tocara las puertas de muchos comerciantes del Abasto, generándoles millonarias pérdidas, no impidió que la solidaridad se hiciera presente. El dueño de la carnicería San Ramón, Jorge Vera, decidió regalar 50 kilos de puchero a los recicladores de frutas que estaban en el lugar.
“Yo les conozco a ellos y sé que necesitan, por eso es mejor darles que intentar salvar el alimento”, expresó el vendedor, quien aseveró que no es una carne mala. Durante los últimos días, en la carnicería San Roque había unos G. 20 millones en carne y solo pudieron salvar la mitad. El dueño explicó que lo lograron gracias al alquiler de un generador eléctrico, pero que esto le costó un millón de guaraníes por día.
“No sé qué voy a hacer, a nadie le puedo reprochar nada, porque no me van a hacer caso”, añadió Vera, quien afirmó que son demasiados los kilos de alimentos que se están tirando en el centro comercial.
Los cortes de luz ocurrieron en innumerables zonas del país y varios fueron los trabajadores afectados. Tal es el caso de Mirtha Toledo, dueña de un almacén ubicado en el barrio Las Mercedes, San Lorenzo, quien relató que tuvo que soportar más de 20 apagones en un solo día, puesto que “la luz venía unos minutos y luego se iba por horas”. Entre los daños sufridos por la comerciante se encuentran un freezer quemado y cinco baldes de helado que, al derretirse, se echaron a perder. La misma dijo estar muy preocupada por sus productos lácteos y otras comidas que necesitan refrigeración. También resaltó que la inseguridad se duplica al tener que pasar las noches sin iluminación en su negocio.
