Las “perspectivas” del Acuerdo del Siglo

Sergio Gryn, director académico del Instituto de Liderazgo Internacional de Israel, en sus primeras palabras al iniciar un curso para periodistas latinoamericanos, orientado a aprender sobre el conflicto arabe-israelí y toda la dinámica del Medio Oriente, dice: “Para comprender cómo suceden las cosas en el Medio Oriente, lo primero que deben dejar de lado es su perspectiva occidental”.

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El Ramadán, mes sagrado del calendario musulmán, fue un balón de tiempo para el Acuerdo del Siglo, el pomposo nombre con que la administración de Donald Trump bautizó a un nuevo intento por poner fin al prolongado conflicto palestino-israelí.

Sin embargo, la pausa por el mes sagrado produjo filtraciones de algunos puntos que contempla el pretencioso acuerdo, apoyado por los países productores de petróleo, aliados de Estados Unidos, criticado por Irán y por una de las entidades afectadas, la Autoridad Palestina.

El 25 y 26 de junio próximo, representantes políticos y económicos de varios países de la región del Medio Oriente, Estados Unidos y Europa, así como importantes organismos financieros, se reunirán en Bahréin para afinar el componente económico que contiene el acuerdo.

Los líderes palestinos dieron a entender que el componente económico no es lo fundamental, mientras ven cómo va avanzando los preparativos para dar a conocer una nueva fórmula que buscará poner fin a una confrontación prolongada y extenuante.

Un diplomático estadounidense aportó algunos detalles del futuro acuerdo al periódico digital Middle East Eye, que revelan pocas exigencias para Israel, de hecho una sola: detener las construcciones de nuevas colonias en Cisjordania por un lapso de 5 años mientras que todas las demás situaciones no serían modificadas. El Valle del Jordán se mantendría bajo jurisdicción de Israel así como la seguridad de las fronteras y el control de las colonias israelíes.

En donde sí, el Acuerdo del Siglo plantea un cambio sustancial, es en la Franja de Gaza, territorio habitado exclusivamente por palestinos, distante a menos de 100 kilómetros de la Cisjordania, y controlado por el grupo terrorista Hamás, quien deberá entregar el control del territorio y todas sus armas a la Autoridad Palestina, organismo reconocido internacionalmente, con sede en Ramala, Cisjordania.

Por supuesto no podría faltar la situación de Jerusalén, la cereza del pastel en el largo conflicto. Según se pudo conocer, toda Jerusalén incluida la Ciudad Vieja, formaría parte de Israel, quien estará obligado a permitir el acceso a los musulmanes en los sitios sagrados del Islam, es decir, no hay variación en la situación actual.

La situación de la Cisjordania no cambiará para la Autoridad Palestina, de ser implementado este acuerdo, pero sí lo hará en Gaza, de donde fueron expulsados en 2007 por Hamás, aunque ya hicieron oficial su postura que no aceptarán ningún acuerdo preparado por Estados Unidos, si no contempla la cuestión de Jerusalén Este como capital palestina.

Los palestinos reclaman para su capital una parte de Jerusalén, incluida la Ciudad Vieja, donde se encuentran unos de los tantos sitios sagrados del Islam, pero también del cristianismo y del judaísmo.

Tampoco el acuerdo contempla la formación real de un Estado Palestino, hoy sólo en papeles, sino que juega con la posibilidad de una confederación, una federación, una asociación, un estado o dos, si quisieran todos los afectados, fueron palabras más, palabras menos, lo que comentó el indiscreto funcionario norteamericano.

Dando como un hecho que los israelíes no cambiarán su postura con relación a sus colonias que hoy se encuentran asentadas en la Cisjordania, ni renunciarán al control del Valle del Jordán o de Jerusalén Este, y mucho menos la seguridad fronteriza, el Acuerdo del Siglo tratará de tentar a los palestinos con una gigantesca inyección económica con fondos proveídos por los ricos Estados petroleros árabes aliados de Estados Unidos y cada vez más cercanos a Israel, en una cruzada anti Irán.

Esta generosa inyección económica, a decir de sus creadores, cambiará el modo de vida de los palestinos en la Cisjordania y Gaza, proyectándolos hacia un futuro de bienestar, a través de la inversión y el desarrollo socioeconómico en sus territorios.

Cuando próximamente el Acuerdo del Siglo sea revelado en su totalidad, veremos qué tanto la Casa Blanca, sus aliados políticos y sus socios comerciales, han tenido en cuenta el detalle fundamental de la “perspectiva”, que menciona Sergio Gryn al comienzo de sus conferencias sobre el Medio Oriente y el Conflicto árabe-israelí.

juan.dossantos@abc.com.py

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