El próximo domingo 21 de junio será celebrado el “Día del Padre” y el mejor regalo es rendir un cálido homenaje a nuestros pilares.
En Paraguay existen muchos compatriotas que trabajan de sol a sol para brindar lo mejor a sus seres queridos, este es el caso de José Armando Alfonso Palacios, esposo y padre de dos niños, quien hace cinco años se dedica a la artesanía rústica. Actualmente cuenta con un emprendimiento propio denominado “Creaciones Rústicas del Paraguay”.
José Armando (36) está casado con Ana Laura Torres hace 10 años, y es padre de Tobías (13), Rut (7) y Caleb (1). Con su familia vive en Santa Rosa de Lima, Misiones, allí cuenta con su taller y realiza creaciones únicas en madera.
“Me dedico a la artesanía rústica en madera, hace cinco años comencé haciendo mesitas, bancos, carteles decorativos, carteles tallados y muebles rústicos en general y hace ocho meses empecé a producir las tablas personalizadas para asado”, cuenta José.
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Pandemia y algo más
“En el mes de enero publiqué por primera vez mis trabajos en la red social Twitter, desde ahí hubo un antes y después, el movimiento comercial cambió drásticamente para bien hasta que se presentó la pandemia.
Estuve 35 días sin producir, fueron días largos y duros por la incertidumbre de lo que iba a pasar, ya que mi trabajo es nuestro único sustento” manifestó.
“El mayor temor que tenía era de cómo iba a reiniciar las ventas y la producción, ya que el 80% de nuestros clientes son de la capital y alrededores, hasta que apareció la cuarentena inteligente, allí volví a realizar una publicación en las redes sociales y gracias a Dios la gente respondió con mayor aceptación” aseguró José.
El día a día
José cuenta cómo es el día a día en su taller, y la producción de sus trabajos, tallados, pinturas y demás.
“La preparación de las tablas para asado tiene un proceso de producción que va desde la compra de la madera y posterior elaboración. Cuento con dos carpinteros que se encargan del cepillado, un encargado de los grabados en láser, un herrero que me fabrica las manijas y cuento con un ayudante que se encarga de la pulida y lijada. Por último, mi esposa Ana Laura me ayuda a envolver, empaquetar y enviar las tablas adonde me pidan. Trabajamos con maderas estacionadas, como el yvyrapytã, yvyraro y tajy”, destacó.
Los precios de las tablas varían de acuerdo al tamaño y pueden ser adquiridas desde 80.000 guaraníes.
El mayor anhelo de un papá trabajador
“Mi deseo es que este emprendimiento que tenemos pueda llegar a ser una empresa exitosa y que a través de esto pueda brindar un futuro mejor a mi familia y a los que me rodean”, finalizó.
