CONCEPCIÓN (Aldo Rojas Cardozo, corresponsal). Nació hace 70 años en la compañía Hugua Rivas, distrito de Loreto. Él es Salvador Chávez Echeverría, quien de niño tuvo una inclinación hacia la medicina.
Todo comenzó cuando, según recuerda, habría tenido 6 o 7 años y acompañó a su madre a ver unos animales vacunos que habían sido atacados por víboras.
“Después de verlas (a las vacas), mi mamá preparaba remedio al hervir una planta. Eso me llamó la atención y desde entonces quise ser doctor en medicina y también, pero al mismo tiempo también, me gustaba la docencia”, recuerda sentado en el sillón verde con almohadones floreados dispuesto en el hall de su casa en esta ciudad. Sin embargo, por circunstancias de la vida, los sueños de estetoscopios fueron trocados por la tiza y el pizarrón.
Familia numerosa
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En su familia, eran 13 hermanos; dos fallecieron de niños. Eso y otras vicisitudes impidieron que pudiera estudiar medicina. Así que se dedicó a la medicina naturalista.
“Fui al aspirantado salesiano ubicado en Ypacaraí y también estuve con los redentoristas en Carapeguá. Trabajé en Asunción como vendedor en una empresa y volví a Concepción donde me casé”, comenta mientras sostiene una carpeta celeste que contiene papeles y recuerdos.
Ya estando casado con Felicia Argüello, se recibió de profesor de matemáticas y enseñó en varias instituciones. Del matrimonio nacieron Sari Liz Josefina (40) y los mellizos Enrique Ariel y Enrique Daniel (35).
Momento difícil
Hace 18 años que quedó viudo justo al momento en que su hija estaba en el tercer año de medicina en Villarrica y los mellizos culminaban sus estudios secundarios. “Con la muerte de mi esposa les dije a mis hijos que estudien otra carrera porque económicamente no iba a poder solventar los estudios de su hermana y el de ellos. La familia de mi esposa les ayudó y así los tres pudieron culminar la carrera de medicina”, dice visiblemente emocionado.
Sueños
El profesor Chávez dijo que junto a su esposa siempre inculcaron a sus hijos a tener “sueños”, además de compartir mucho con ellos. “Hay que dedicarle tiempo a los hijos y también inspirarlos a tener sueños. Mis hijos se inclinaron siempre por la medicina. Si los chicos tienen sueños, nadie los va a detener”, aseguró.
Sari Liz es especialista en medicina familiar e infectóloga, mientras que Enrique Ariel es cirujano y especialista en endoscopía y Enrique Daniel es cirujano y especialista en coloproctología y endoscopía. “Cumplieron sus sueños y también el mío y de su madre”, refiere orgulloso. El profesor Salvador Chávez hace varios años que se jubiló en el magisterio y se dedica a la medicina natural ayudando a muchas personas. También tiene programas en radioemisoras en los que divulga la medicina natural.
