Ella informa que en medicina popular “se emplea la parte aérea en infusión. Se usa para afecciones del corazón, como calmante, y además es digestivo y diurético. Funciona contra la tos y los parásitos intestinales. Las inflorescencias terminales secas se emplean para tratar la inapetencia. “Además, tiene aplicaciones en gastronomía en la elaboración de ensaladas, platos de carne, salchichas, brochetas, legumbres, verduras, salsas, sopas, ensaladas de frutas y para realzar el sabor del té o para añadir un toque de frescor a las bebidas refrescantes”.
Para aprovecharla, la profesional recomienda utilizar de 30 a 50 gramos por litro de agua para infusiones, una cucharada tres veces al día.
“Esta planta se desarrolla en zonas de clima templado, con elevada luminosidad, prefiere temperaturas entre 20º a 25 °C o superiores, y suelos sueltos, areno arcillosos, humíferos”.
La propagación de menta’i se hace con rizomas o tallos horizontales, matas y plantines.
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El suelo drenado, con fertilidad media alta y materia orgánica, facilita el cultivo.
Las carpidas manuales frecuentes son recomendables para el control de malezas.