Confianza en exceso expone a peligros

El juicio oral y público que concluyó recientemente con la condena del abogado Euclides Vaesken Lugo a 14 años de pena privativa de libertad, por abuso sexual en niños y actos homosexuales con menores, dejó en evidencia algunas situaciones que lastimosamente se repiten con frecuencia en casos de esta naturaleza. La confianza de la que goza el agresor del entorno familiar, las amenazas con las que logró acallar a la víctima durante nada menos que 8 años así como situaciones cotidianas que dejaron al chico fuera de la vigilancia de sus padres y a merced de su agresor son circunstancias comunes en casos similares.

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En un juicio oral realizado a puertas cerradas, el Tribunal de Sentencia presidido por Mesalina Fernández e integrado por Rosarito Montanía y Gloria Hermosa dio por probados los hechos punibles de abuso sexual en niños y de actos homosexuales con personas menores.

En la audiencia, las fiscalas Teresa Martínez, Natalia Acevedo e Isabel Arnold solicitaron una condena de 15 años de prisión para el letrado, mientras que el querellante Jorge Bogarín pidió 22 años.

A su vez, el defensor Leonardo Garófalo solicitó 2 años de prisión para su cliente, quien admitió haber tenido una “aventura” con la víctima, pero “sin llegar al coito”, y pretendió presentar el caso como una relación consentida.

En un desgarrador relato, la víctima relató cómo empezó su calvario, a tan solo 9 años de edad, y que perduró por ocho años. La propia casa de la víctima, así como la del victimario –amigo de la familia–, su vehículo y hasta el baño de un club social fueron escenarios de los abusos.

De los manoseos surgidos en primeros acercamientos a modo de “juegos” y “secretos”, exposición del niño a videos de contenido pornográfico, el abusador pasó a la agresión y a las amenazas de muerte y de violación a las hermanas de la víctima para saciar sus bajos instintos.

La propuesta de pago de G. 10 millones a cambio de la “virginidad” de una de las niñas, así como el sometimiento sexual a una amiga de la víctima, que accedió para que el acusado no cumpliera sus amenazas hacia el joven, son otras situaciones reveladas por la víctima que han sido corroboradas por el colegiado mediante el relato de testigos.

Depresión causó alarma

La creciente depresión en que se sumía la víctima, constantemente atormentada por ideas suicidas, causó alarma en la familia y la llevó a buscar ayuda profesional con psicólogos, lo cual permitió descubrir lo que ocurría.

Los relatos de los diferentes psicólogos que atendieron tanto a la víctima como a la familia dejan en evidencia graves e irreversibles daños causados al joven y también a su entorno.

Vaesken fue detenido en la madrugada del 18 de enero del 2014, en el aeropuerto internacional Silvio Pettirossi, de Luque, minutos después de que llegara del Brasil de sus vacaciones, y desde entonces se encuentra en prisión.

Trabajar en la prevención

Esta sentencia se dio a conocer en la misma semana en que la Fundación Protegeme, cuya directora es la Lic. Nora González, inició la campaña “15 días de Información y Prevención sobre Abuso Sexual Infantil. ¡Basta de abusos!”.

Entre las indicaciones difundidas durante la campaña, precisamente se insta a los padres a evitar que los menores sean aislados de la vigilancia de los padres.

“Se cree que el abusador es un desconocido que ataca en la oscuridad, pero la realidad es que el 90% de los casos ocurre en el hogar del menor a cualquier hora del día”, señala uno de informativos.

Respecto a los abusadores, está comprobado que en la mayoría de los casos pertenecen al entorno familiar cercano y en otros casos son gente considerada “confiable”, de lugares frecuentados por la víctima, como escuela, iglesia y locales donde practica deportes.

Señales que deben preocupar

Asimismo, destaca que hay señales en la conducta de niñas y niños que no deben pasar inadvertidas para los padres.

Cambios de humor muy pronunciados, falta de apetito, pérdida del entusiasmo, agresividad y alejamiento, manchas o roturas en la ropa, lastimarse a sí mismo, lenguaje grosero y/o sexualizado, temor a estar con cierta persona, hablar como bebé y/o chuparse el dedo, expresión de abuso mediante dibujos o juegos sexuales, ir al baño a cada rato, comportamiento sexual no acorde con la edad e intento de conductas sexuales con otros niños o adultos son señales que deben motivar a los padres a extremar la atención para determinar si hay algún riesgo para sus hijos.

Educación, fundamental

La campaña identifica como factor de riesgo el beso en la boca, pues lejos de ser una demostración de mayor afecto, expone a los niños a los abusadores pues no les permite conocer los límites que no deben sobrepasar los demás.

“Las manifestaciones de cariño no deben sobrepasar los mismos espacios respetados para los mayores en cuanto a besos, ser tocados, desvestidos o inadecuadamente exhibidos. Estos cuidados permitirán que el menor conozca los límites a los que pueda ser expuesto por otras personas. Él debe reconocer cuáles son las expresiones de afecto y la distancia que deben mantener con él. La educación dada por los padres debe permitir que el niño no acepte que sus partes y espacios íntimos sean sobrepasados”, señala.

“Una adecuada educación y prevención de estas realidades debe permitir a tus hijos rechazar y oponerse a juegos y contactos que involucren experiencias sexuales”, señala.

La compaña, iniciada el 15 de abril, destaca la necesidad de escuchar al niño que revela abusos propios o ajenos, que siempre deben ser responsablemente investigados y nunca trivializados.

“El niño debe sentirse escuchado, atendido y defendido. Los menores víctimas de abuso sexual rara vez informan a alguien de ello por temor a que no se les crea o a ser castigados”, indica, tras resaltar que el abusador los induce, soborna o amenaza para que se callen.

LOS DELITOS CONSIDERADOS PROBADOS POR EL COLEGIADO

Artículo 135.- Abuso sexual en niños.

1º El que realizara actos sexuales con un niño o lo indujera a realizarlos en sí mismo o a terceros será castigado con pena privativa de libertad de hasta tres años o con multa. Con la misma pena será castigado el que realizara actos sexuales manifiestamente relevantes ante un niño y dirigidos a él, o lo indujera a realizarlos ante sí o ante terceros. 2º En los casos señalados en el inciso anterior, la pena privativa de libertad será aumentada hasta cinco años cuando el autor: 1. al realizar el hecho haya maltratado físicamente a la víctima en forma grave; 2. haya abusado de la víctima en diversas ocasiones; o 3. haya cometido el hecho con un niño que sea su hijo biológico, adoptivo o hijastro, o con un niño cuya educación, tutela o guarda esté a su cargo. 4º En los casos señalados en el inciso 1º, la pena privativa de libertad será de dos a diez años cuando el autor haya realizado el coito con la víctima. 8º Se entenderá por niño, a los efectos de este artículo, a la persona menor de catorce años.

Artículo 138.- Actos homosexuales con menores. El que siendo mayor de edad realizara actos sexuales con una persona del mismo sexo, menor de dieciséis años, será castigado con pena privativa de libertad de hasta dos años o con multa.

Lo que los psicólogos dijeron sobre el daño

Lic. Margarita Flores

“Sugerí a la madre una intervención psicológica y siquiátrica por los síntomas que presentaba de: insomnio, angustia, trastornos del sueño, ideas suicidas, todos síntomas preocupantes y que le llevó aproximadamente 7 sesiones”.

“Este tipo de actos en ocasiones puede generar un bloqueo en la víctima y que existen niños que pueden pasar meses o años y recién lo cuentan cuando tienen bien estructurado el pensamiento, cuando tienen sentido de lo que está pasando y que estos hechos los marcan profundamente en su sexualidad, debido a que fue interrumpido en su desarrollo en un momento estratégico; que el daño que dejan estos eventos es irreversible, y afecta toda la personalidad: social, emocional, cognitiva, etc., todas la áreas de la vida del menor abusado, quedando secuelas postraumáticas de por vida: miedo rabia, duda, ira, impotencia y que la víctima presentaba todos los daños emocionales citados.

“Las víctimas por lo general no relatan inmediatamente lo sucedido, por amenazas del abusador y por un bloqueo mental como un medio defensivo y que en muchos casos no es perceptible el sufrimiento, pues la conducta del niño es simulada por la preservación de la vida y dado que la persona que abusó de él era una persona de confianza de la familia, el niño tenía que sobrevivir en ese ambiente; que los padres sabían de los frecuentes dolores de cabeza y de estómago del niño y lo llevaban al médico, pero que ni el profesional pudo darse cuenta de ello, de lo que realmente pasaba con el menor”.

“Es normal que las víctimas luego puedan contar todos los detalles por el estado emocional de rabia, pues es un sentimiento de impotencia que pudo manejar en todos los años de terapia, la terapia logró que canalice su dolor y el trauma y que además está consumiendo tres medicamentos que inhiben el comportamiento emocional, pues los medicamentos que consume le bloquean el comportamiento emocional, para que pueda convivir con lo que está pasando y que esta era la única manera de contener sus ganas de suicidarse”.

Lic. Néstor Galeano:

“Los rasgos de melancolía en el mismo eran muy notorios, que no recordaba fechas como un mecanismo de defensa”. “Que luego del tratamiento ya tiene otra actitud, pero que lo que le ocurrió le sigue doliendo; que las secuelas siempre van a estar presentes, pues como refiere, empezó a temprana edad, cuando no se tiene un concepto de la sexualidad, y que él se sometía porque tenía miedo de que algo malo le sucediera a la hermana, porque creía que si no lo hacía le iba suceder algo a la misma”.

“Sigue manifestando el profesional que analizó la veracidad de la declaración del menor con relación a su lenguaje corporal, es decir, a lo que veía en el momento del relato, a lo que el menor sentía, y que se mostró sudoroso, respiraba profundamente y que en cada recuerdo volvía a sufrir; que el dolor era evidente; que las consecuencias de lo que pasó siguen intactas en él, que su terapia debe seguir por mucho tiempo”.

“La personalidad de la víctima se desestructuró totalmente, y que si no entraba a la terapia y si no contaba con el apoyo de su familia, hoy día podía hacer cualquier cosa, que se detectó en él una falta de elección sexual. Pérdida de autoestima, dignidad, confianza, y costó mucho que termine el bachillerato”.

“La familia del menor no se percató por la intimidad que tenían con el agresor, muy cercano a toda la familia y que el menor relata incluso que muchos episodios de abuso se sucedieron en su casa”.

Lic. María Luisa Areco

“La experiencia de la víctima fue aterradora, es la conclusión de la profesional por la aplicación de los tests y la expresión corporal de la misma, más su tono de voz, que el nivel de ansiedad de la víctima era crónico y pudo concluir que sí era verdad que la víctima pasó por los episodios de abuso, pues pudo percibir daños psicológicos y físicos y que el menor le refirió hechos desde la edad de 9 años en que fuera abusado por un amigo de la familia de apellido, quien concurría asiduamente a la casa”.

“La víctima se siente mal, quiere contar pero están de por medio las amenazas, él se siente acorralado y en su inconsciente tiene mucho miedo, él comentó a su amiguita o amiguito, no recuerdo bien, incluso él intentó suicidarse, no se calló del todo, contó, pero pasa que estos amigos no podían defenderlo a él. El daño emocional era la tristeza que él solapaba, angustia, depresión que fue avanzando en niveles hasta ser crónica y en lo físico que se canaliza en algún lugar del cuerpo. Algunas veces los padres notan la depresión y otras veces no”.

Conclusión del Tribunal:

“De los profesionales sicólogos que evaluaron a la víctima vemos que existe una total coincidencia respecto al relato del menor y de sus evaluaciones en entrevistas prolongadas y profesionales en virtud de las cuales llegaron a la conclusión de la veracidad del relato del menor sobre el abuso sexual al que fue sometido desde temprana edad, debiendo destacarse la no contradicción del relato del menor brindado ante dichos profesionales, y en consecuencia el Tribunal ha valorado positivamente las declaraciones e informes de los mismos para fundar en ellas sus conclusiones luego de confrontarlos con los demás elementos.

Si bien la Sicología no es una ciencia exacta y se impulsa a través de relatos de los pacientes, expresión corporal, tono de voz, emociones, rasgos o signos físicos, existen una variedad de test proyectivos y conclusivos utilizados desde antaño que arrojan, conforme a esta ciencia, fiabilidad al contrastarlo con el relato del paciente, por lo que existiendo esta coincidencia en tantos profesionales que declararan en juicio, y que realizaron la evaluación del menor e incluso de su hermana menor quien también resultara víctima, (esta última, en tratamiento con el Lic. Néstor Galeano), el Tribunal no encuentra razones científicas u objetivas para apartarse de las mismas, negándoles credibilidad o valor”.

“En cuanto a las declaraciones del psiquiatra Aldo González, quien evaluó al acusado, el mismo señaló haber realizado el informe documental al que se le dio lectura y señala que de acuerdo a la evaluación, no existe en el acusado un trastorno siniestro pero que si revelaba una personalidad manipuladora, tratando de agradar a los demás, pero que no notó tendencia homosexual o agresiva en el acusado y que los métodos utilizados tienen un alto grado de fiabilidad, y como es evaluado en el marco de un proceso penal, es normal que la persona evaluada esté a la defensiva”.

rferre@abc.com.py

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