Guédiguian basa en errores del colonialismo el resurgir de fobia al migrante

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Valladolid (España), 25 oct (EFE).- Parte de la creciente aversión que el realizador francés Robert Guédiguian ha observado en Europa ante el fenómeno de la migración política, social y económica, obedece a los "errores y horrores" del colonialismo como sugiere en "Mali Twist", película que ha estrenado en el festival de cine de Valladolid (España).

El ganador de la Espiga de Oro del festival de cine de Valladolid (Seminci) en 2000 ("La ville est tranquille" y de la Espiga de Plata en 2011 ("Las nieves del Kilimanjaro"), ha competido este lunes en la sección oficial junto a la primera película del iraní Panah Panahi ("Hit the road"), y la quinta del danés Joachim Trier ("The worst person in the world").

Después de "Gloria Mundi" (2019), Robert Guédiguian ambienta en "Mali Twist" las dificultades por la que atravesó el país africano de Mali a partir de 1960, recién independizada de Francia, para lograr una estabilidad social y económica con el nuevo presidente del Gobierno, Modibo Keita.

Presta cuerpo al filme una historia de amor imposible entre dos jóvenes nativos: ella oprimida por la fuerza de las tradiciones de un país que somete a la mujer, y él como colaborador de un nuevo régimen que busca paz, justicia y futuro para la población.

Ambos simbolizan el sueño frustrado de una nación que no pudo prosperar entre el rigor de la religión y costumbres ancestrales, por una parte, y un sistema productivo incipiente y, por tanto, expuesto a múltiples intereses encontrados que lastran su desarrollo.

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"Tenemos que hablar de este tema en Francia y en Europa. Miremos la cuestión de la inmigración vinculada a nuestra historia, a nuestros errores y horrores del colonialismo", ha explicado Guédiguian (Marsella, Francia, 1953) durante una rueda de prensa después de asistir al estreno de su filme.

Se ha mostrado partidario de combatir en Europa "ese regreso loco, intelectual y fascista" que, a su juicio, existe en Europa ante la realidad social de la migración, por lo que ha propuesto una visita al pasado para comprender lo que considera un error: "hay que entender la historia y ser pedagogos con la población".

El que no conoce "no lo entiende y está condenado a volver a vivirlo y yo no quiero vivir lo que ocurrió en la Francia de los años treinta y cuarenta (del siglo XX) porque, en ese caso, me iría del país o más bien cogería las armas", ha subrayado para dotar de mayor énfasis a su reflexión.

Con su primer largometraje ha concursado en este tercera jornada de la Seminci el iraní Panah Panadi (Teherán, 1984), una película donde lleva al espectador por el mismo itinerario que la familia protagonista de "Hit the road", un viaje a la frontera entre Irçan y Turquía para poner a salvo al hijo mayor.

El director, hijo del también cineasta Jafar Panadi, recurrió a experiencias reales de su entorno para plasmar una situación que es frecuente en Irán: el paso ilegal de la frontera en busca de una vida mejor. Al tiempo que un viaje geográfico es también otro vital desde la experiencia del padre, la madre y el hermano pequeño de quien se va a separar de su familia y abandonar su país, y que reaccionan de diferente forma ante la dolorosa situación a la que asisten.

"La idea surgió realmente en mi inquietud de poder transmitir al mundo entero la situación que está viviendo mi país y cómo injustamente las personas por cualquier motivo, sea cultural religioso o lo que sea, está intentando escapar de esa situación y tener la libertad de ser quienes son. Esa era mi forma de transmitir lo que está ocurriendo, situación que dolorosamente cada vez está peor", ha afirmado Panadi ante los medios de información.

La tercera película en competición durante esa jornada ha sido "The worst person in the world", del danés Joaquim Trier (Copenhague, 1974), rodada en Oslo y protagonizada por Renate Reinsve que, con este personaje, obtuvo el premio a la mejor actriz en el pasado festival de Cannes.

Julie, la mujer a la que interpreta, es una joven de convicciones no muy firmes, inquieta pero insegura en sus relaciones familiares, afectivas y laborales debido a su convencimiento de que en cada una de ellas desempeña un papel secundario que no le agrada, mientras a su alrededor todo el mundo crece y evoluciona.

El propio Trier ha sido el guionista de una cinta que ha estructurado en forma de libro, un relato estructurado en un prólogo, doce capítulos y un epílogo con toques de comedia y momentos de gran intensidad dramática.