Denuncian tala furtiva en reserva forestal de 1.500 ha de Bella Vista

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Uno de los puntos donde se evidencia la extracción del rollos. En varios lugares quedaron restos de los árboles, como aserrín y troncos.
Uno de los puntos donde se evidencia la extracción del rollos. En varios lugares quedaron restos de los árboles, como aserrín y troncos.Archivo, ABC Color

Una reserva forestal de unas 1.500 hectáreas de bosque nativo privada es constantemente atacada por taladores furtivos en la comunidad llamada Puerto Italia del distrito Bella Vista, cercana al río Paraná. Roban la madera para venderlas como postes, según la denuncia.

PUERTO ITALIA, distrito de Bella Vista, Itapúa (Juan Augusto Roa, de nuestra redacción regional). La denuncia de tala dentro del bosque nativo fue realizada por la empresa agrícola Ca’aty, arrendataria del inmueble. La propiedad cuenta con una reserva forestal de 1.500 hectáreas y en sectores cultivos agrícolas.

Según refirieron técnicos de la empresa, los depredadores ingresan al predio en forma clandestina. Se amparan en el hecho de que debido a la gran extensión de la propiedad impide poder hacer control efectivo, explicaron.

Cuestionaron la facilidad con que circulan con el cargamento de rollos o madera y la falta de control en los caminos por donde trasladan el producto robado.

El inmueble tiene más de 1.800 hectáreas y unas 350 son destinadas a la explotación agrícola. El resto es mantenida como una reserva forestal de árboles nativos, explicó el técnico Gustavo Ortiz, encargado de cultivos anuales de la empresa Ca’aty.

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Derriban los árboles mediante el empleo de motosierras a los que les colocan silenciadores para no ser detectados, procesan los rollos en el mismo lugar, convirtiéndolos en postes de madera o tablones. De esa forma pueden sacar del monte sin mayores dificultades, explicaron.

El predio en cuestión se encuentra en la compañía Acacarayá, hacia la zona este de Bella Vista. Es una zona donde existen pobladores y viviendas en los alrededores, muchas veces operan con la complicidad de los propios vecinos que también se benefician con alguna regalía por hacer de “campana” y advertir a los depredadores sobre la presencia de algún posible control, indicaron.

“Estamos preocupados. Creemos que en gran medida esta tala ilegal de madera, además de constituir un robo, configura un delito ambiental. Se comete con el silencio cómplice de las autoridades policiales de la zona, que no ejercen su función de controlar y verificar el transporte de este tipo de cargas”, dijo Lorenzo Gamarra, funcionario de la empresa Vanguardia, propietaria del inmueble.

Gamarra encabezó una expedición al lugar, durante la cual fueron encontrados varios puntos donde se observó la presencia de restos de aserrín y de madera que quedan luego del proceso de corte de los rollos en forma de postes.

Durante el recorrido por el bosque se encontró con un vecino del lugar, quien se identificó como Mario Escobar y tenía una tronzadora en su poder. Gamarra decidió no presentar denuncia en contra del mismo, pero informó a la autoridad policial del lugar sobre el hecho.

El representante de la empresa solicitó a los responsables de la comisaría del lugar una mayor acción para detectar y desalentar a los taladores y los compradores de los productos forestales ilegales.

Dos policías y sin patrullera

El jefe del puesto policial número 74, Acá Carayá, suboficial Marcial Colmán, en referencia a la tala ilegal dentro de la reserva boscosa, refirió que es complejo controlar este tipo de acciones clandestinas debido a la gran extensión del bosque. Añadió que otro impedimento es que existen muchas vías de salida por donde pueden escapar y eludir los controles. La dependencia policial del lugar cuenta con apenas dos agentes, no dispone de patrullera, ni siquiera de una motocicleta con la cual poder llevar a cabo recorridas en la zona de competencia. Esta tremenda precariedad hace difícil poder sorprender en flagrancia a quienes cometen estos ilícitos contra el medioambiente.