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"(Estoy) mejor. Afortunadamente estoy mejorando poco a poco", señaló este miércoles Berlusconi en una entrevista que publica el diario "Il Giornale", la primera tras los recientes ingresos en un hospital de Milán, que han postergado los juicios que afronta y que tratan de dilucidar si compró a testigos para que no revelaran lo que ocurría en sus polémicas fiestas con mujeres celebradas en el pasado.
"Los médicos finalmente me han autorizado a retomar un mínimo de actividad, aunque sin salir de casa todavía", añade el magnate, que lleva un marcapasos desde 2006.
El líder del partido conservador Forza Italia, que en septiembre cumplirá 85 años, se contagió de coronavirus el pasado septiembre e ingresó con una neumonía bilateral en Milán, si bien fue dado de alta dos días después.
En enero fue ingresado en Mónaco por problemas cardíacos, y entre febrero y mayo también lo estuvo en diversas ocasiones de nuevo en Milán, para tratar las secuelas del COVID-19.
El dueño de un imperio empresarial que incluye entre otras sociedades a la financiera Fininvest, al grupo audiovisual Mediaset y a la productora Medusa también habló de otras cuestiones como de la necesidad de que Italia se recupere de la crisis de la pandemia y de que el Gobierno de Mario Draghi apruebe una reforma fiscal que incluya una rebaja de los impuestos.