"Para nosotros es capital que haya un reconocimiento del papel de la UE como aportación para la seguridad euro-atlántica", señalaron este lunes fuentes del Elíseo en vísperas de la cumbre.
Las fuentes hicieron notar que ésta no es una idea únicamente francesa, sino que también la apoya -por ejemplo- la presidencia española.
Sobre todo, afirmaron que la guerra de Ucrania "ha demostrado el carácter crucial de la UE", que ha impuesto una serie de sanciones a Rusia y que ha aportado ayuda y ha ofrecido seguridad.
"Ese papel de la UE corresponde a una realidad" y por eso debe quedar reconocido en la nueva Brújula Estratégica, indicaron las fuentes.
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París, por otra parte, se muestra muy reticente a que en esa Brújula Estratégica la OTAN se ponga en un mismo nivel de rivalidad a China y a Rusia, una orientación propiciada por Estados Unidos, que siente cada vez más al gigante asiático como una amenaza a su hegemonía en todos los terrenos.
Por una parte, las fuentes del Elíseo recordaron que ya en 2019 los Veintisiete calificaron a China de "rival sistémico" de la UE, y reconocieron que eso tiene consecuencias también en el campo de la seguridad.
Pero, al mismo tiempo, subrayaron que el presidente francés, Emmanuel Macron, no se ha cansado de repetir que el papel de la Alianza Atlántica es ocuparse de la seguridad del espacio euro-atlántico, y que es ahí donde debe centrar su actividad y donde tiene su razón de ser.
Es en ese espacio donde tiene retos muy importantes, como queda patente con la invasión rusa de Ucrania y con otras amenazas en el este de Europa, según las fuentes.
Francia se muestra más comprensiva con la demanda estadounidense de que los europeos asuman una parte más importante de los costos de su seguridad. Las sucesivas administraciones (republicanos y demócratas) llevan años exigiendo a los europeos que dediquen como mínimo a la defensa un 2 % de su producto interior bruto.
Francia destaca que es uno de los pocos países que cumple con esa regla y que siempre ha dicho que los europeos tienen que "asumir su parte" en su propia defensa. Su línea argumental es que "reforzar la defensa europea contribuye a la defensa del espacio euro-atlántico" y que en este campo la UE "es complementaria" de la OTAN.