En un informe en colaboración con la organización Shipbreaking Platform, HRW encontró que muchas empresas aprovechan las lagunas de las regulaciones internacionales para arrojar deshechos tóxicos en playas del país asiático, que niega a los trabajadores condiciones básicas como salarios dignos, descansos o indemnización tras lesión.
"Las empresas que desguazan barcos en los peligrosos y contaminantes astilleros de Bangladesh están obteniendo ganancias a expensas de las vidas y el medio ambiente de los bangladesíes", indicó la investigadora principal de HRW para Asia, Julia Bleckner, en un comunicado.
Unos 20.000 trabajadores bangladesíes destrozaron más de 520 barcos desde 2020, mucho más tonelaje que en cualquier otro país, según el informe, titulado "Comerciando vidas con fines de lucro: cómo la industria naviera elude las regulaciones para desguazar barcos tóxicos en las playas de Bangladesh".
En ese tiempo, los trabajadores no recibieron equipos de protección, capacitación ni herramientas adecuadas para operar de manera segura, citó el documento tras entrevistar a 45 empleados de desguace de barcos y sus familiares.
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Los trabajadores se ven obligados a usar calcetines como guantes para evitar quemarse las manos mientras cortan acero fundido, envolverse sus camisas para evitar inhalar vapores tóxicos y transportar trozos de acero descalzos, describió el informe.
HRW y Shipbreaking Platform señalaron además que el 13 por ciento de la fuerza laboral en la industria está compuesta por niños, una cifra que aumenta 20 por ciento durante los turnos nocturnos ilegales.
El documento explicó que para sortear las normas internacionales, las empresas emplean una "bandera de conveniencia" de otro país, ya que "los barcos que navegan bajo bandera de la UE deben reciclar sus barcos en una instalación aprobada por la Unión Europea (UE), ninguna de las cuales se encuentra en Bangladesh". Críticas de activistas
Esta situación despertó críticas entre grupos de activistas, que acusan a los países en desarrollo de utilizar Bangladesh como un vertedero al violar las leyes de reciclaje sostenible.
"El mundo desarrollado nos considera vertederos. Europa, Estados Unidos, Australia y Japón, todo el mundo sabe que sus barcos llegan a nuestro país. Saben que los barcos están siendo desguazados en Bangladesh y nunca podrían hacer esto en su país", dijo a EFE la directora ejecutiva de la Asociación de Abogados Ambientales de Bangladesh, Syeda Rizwana Hasan.
Un portavoz de una ONG con sede en Chittagong que no quiso desvelar su nombre por motivos de seguridad, reportó a EFE que desde 2019, al menos 62 trabajadores han muerto en los astilleros de desguace de barcos de Bangladesh.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Desguaces y Recicladores de Barcos de Bangladesh, Abu Taher, negó que hubiese irregularidades o se promoviesen prácticas como la explotación infantil.
"El desguace de barcos en Bangladesh ha mejorado mucho. Ningún barco europeo viene a nosotros; es muy raro", zanjó.
Al respecto, un portavoz de la Comisión de la UE apuntó que las autoridades trabajan para el cumplimiento del reglamento de la UE y adoptando leyes que exigen sanciones penales por el reciclaje ilegal de buques en instalaciones no incluidas en la lista de la UE.
Los buques al final de su vida útil se consideran desechos tóxicos porque están llenos de materiales tóxicos, incluido el asbesto, que se utiliza como aislamiento, según el Convenio de Basilea.
Un estudio del Banco Mundial proyectó que entre 2010 y 2030 Bangladesh importaría 79.000 toneladas de amianto, 240.000 toneladas de cables que contienen bifenilos policlorados y casi 70.000 toneladas de pinturas tóxicas a través de barcos al final de su vida útil.
