En una declaración conjunta emitida al término de la reunión -que tuvo lugar en la Zugspitze, la montaña más alta de Alemania y que se encuentra en el sur del país-, los siete políticos resaltaron su compromiso con el pacto europeo de migración y asilo, adaptándolo y actualizándolo allí donde sea necesario, y reclamaron intensificar el combate contra el tráfico de personas.
También instaron a adoptar una política de deportaciones más efectiva -con una nueva regulación europea que aumente el margen de actuación de los Estados miembros y permita, entre otros, el establecimiento de "centros de retorno" fuera de la UE-, a proteger las fronteras exteriores del bloque y a incrementar la cooperación con países de origen y de tránsito.
Con la reunión, el nuevo Gobierno alemán quiere dejar claro que ya no será un freno en lo que respecta a políticas migratorias restrictivas, sino que estará en la "locomotora", según dijo el ministro del Interior, Alexander Dobrint, en una rueda de prensa.
Alemania lleva a cabo controles fronterizos con sus países vecinos y ha intensificado la devolución de migrantes irregulares, algo que no gusta a algunos de ellos, especialmente a Austria y Polonia, país este último que ha introducido medidas espejo en la frontera con Alemania y Lituania.
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Berlín insiste en que la medida es temporal, pero que la mantendrá hasta que la Unión Europea (UE) encuentre soluciones eficaces para proteger sus fronteras externas.
"Sólo podremos resolver a largo plazo la migración irregular en la UE conjuntamente, y por eso también estamos haciendo campaña en Europa para que tomemos decisiones conjuntas", aseguró este viernes el canciller germano, Friedrich Merz, en una conferencia de prensa.
Una línea conjunta
Dobrindt saludó en la Zugspitze que tanto Brunner como sus colegas de Francia, Austria, República Checa, Polonia y Dinamarca compartan una "línea conjunta" con respecto a las medidas que se deben adoptar para "endurecer" el sistema migratorio a nivel europeo.
El ministro también advirtió de cómo la carga causada por la migración irregular contribuye a la "polarización" de las sociedades e impulsa a los populismos, frente a lo que es preciso dejar de ignorar las preocupaciones de la población y "resolver los problemas en vez de aplazarlos".
Dobrindt se jactó de que su Gobierno haya fletado este viernes su primer vuelo de deportación a Afganistán, con 81 criminales convictos a bordo, y señaló la importancia de que en el futuro sea posible organizar estos vuelos sin intermediarios y también con destino a Siria.
El titular francés del Interior, Bruno Retailleau, apoyó el mensaje de Dobrindt al afirmar que el modelo social europeo no podrá mantenerse si la migración irregular es demasiado "masiva".
"La señal que queremos enviar es sencilla. Queremos actuar de forma más estricta contra la migración ilegal y reducirla de forma drástica", enfatizó.
El ministro de Integración danés, Kaare Dybvad, cuyo país ha asumido este mes la Presidencia rotatoria del Consejo de la UE, recalcó que Europa necesita un "nuevo sistema" que no dependa de los traficantes y no la vuelva vulnerable a la instrumentalización de la migración por parte de actores como Rusia.
Una situación "inaceptable"
Calificó además de "inaceptable" el hecho de que, de las miles de solicitudes de asilo presentadas cada día en la UE, la mitad sean rechazadas en primera instancia, pero solo un cuarto de los rechazados acabe regresando a sus países de origen.
Por su parte, el comisario del Interior europeo, Brunner, manifestó la esperanza de que durante los próximos seis meses de la Presidencia danesa se pueda avanzar tanto en la agilización de los procedimientos de asilo, como en las deportaciones y en la cooperación con terceros estados.
"El objetivo es que nosotros decidamos quién está en Europa y no los traficantes", dijo.
El comisario se congratuló además de que el marco financiero plurianual propuesto el miércoles en Bruselas para el periodo 2028-2034 triplique los recursos destinados a combatir la migración irregular, proteger las fronteras y fomentar la seguridad en su conjunto.
Según Brunner, la UE se halla en un momento "decisivo" para la migración, en el que es preciso dar a los ciudadanos la sensación de que "tienen el control sobre lo que pasa en Europa".
