ONU duda de que mando militar francés no haya sabido de abusos sexuales

GINEBRA. La ONU expresó hoy sus dudas de que el mando militar francés no se percatara, y en consecuencia tomara medidas, sobre los abusos sexuales contra niños presuntamente cometidos por soldados franceses en la República Centroafricana.

La Fiscalía francesa abrió en julio de 2014 una investigación contra catorce soldados que presuntamente abusaron sexualmente de un número indeterminado de niños entre nueve y años, tras conocer el resultado de una investigación realizada por la ONU.

A pesar de los nueve meses transcurridos, no hay ningún inculpado y no se ha informado de avances concretos en la investigación.

“La pregunta que debe hacerse es esta: los abusos supuestamente empezaron en diciembre de 2013 y continuaron hasta mayo, cuando nuestro informe fue terminado ¿Cómo puede explicarse que no haya habido una investigación por parte de la institución militar?”, dijo el jefe de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra'ad al Hussein.

“Alguien lo sabía, aparte de los oficiales... es imposible creer que ellos estaban actuando sin que nadie lo supiera. Entonces, ¿por qué no se pasó la información a través del mando?”, agregó en una ruda de prensa. Zeid rechazó que la ONU haya intentado de alguna manera encubrir este caso.

Durante su comparecencia para abordar este grave asunto, Zeid centró sus comentarios en la responsabilidad del Mando francés en no haber detectado lo que estaba ocurriendo, lo que consideró muy extraño. Incluso llegó a señalar que “los abusos enumerados en el documento (de la ONU) probablemente sean solo la punta de un comportamiento más generalizado”.

“Puedo decirles por mi propia experiencia investigando estas cuestiones desde hace diez años que es muy extraño que, hayan sido uno, dos, doce, quince soldados. Otros sabrían algo, sean suboficiales, jefes de pelotón o el capellán ¿Cómo que nadie sabía nada?, se preguntó”.

El alto comisionado para Derechos Humanos sostuvo que además del enjuiciamiento preciso, se requiere una seria investigación sobre la estructura de esa fuerza (militar) y sobre por qué los responsables franceses no abrieron ninguna investigación cuando los abusos estaban ocurriendo.

Los militares participaban en una misión enviada por Francia tras el estallido de un brote de violencia interreligiosa a finales de 2013 en República Centroafricana y aunque no se trata de “Cascos Azules” de la ONU, su intervención respondía a un mandado de esta organización.

Zeid reconoció hoy el valor de esa misión militar y consideró que fue vital para evitar un probable genocidio en el país africano, pero recalcó enseguida que las acusaciones que pesan sobre algunos de sus miembros son tan graves que pueden afectar en el futuro la reputación de tales operaciones, destinadas a proteger a los civiles.

“Los objetivos de desplegar una fuerza como esta han quedado eclipsados”, comentó.

Tras escuchar sobre los abusos, personal de la ONU realizó una investigación preliminar en la que entrevistó a los niños que dijeron haber sido víctimas y que dieron detalles sobre fechas y lugares donde ocurrieron los ultrajes, así como de marcas físicas que identificarían a los autores.

El informe llegó al jefe de operaciones de Naciones Unidas, Anders Kompass, quien lo transmitió -aparentemente sin informar a sus superiores- a las autoridades francesas, que abrieron su propia investigación. Sin embargo, Kompass fue sancionado administrativamente y suspendido de sus funciones por la oficina de Zeid.

Cuando fue de dominio público, se explicó que esa medida fue tomada porque el funcionario violó los procedimientos y el informe que entregó contenía los nombres de las víctimas, de testigos y de los investigadores, lo que podía exponerlos a represalias o a la acoso de la prensa.

Zeid rechazó enérgicamente cualquier acusación de haber intentado encubrir el caso.

“Si lo hubiera sabido hubiese reaccionado...no se me informó. Sabía de que había una investigación en marcha, cuyos detalles no me fueron transmitidos hasta mucho después”, sostuvo.

El alto comisionado precisó que en noviembre pasado se le notificó que el informe había sido entregado a Francia con todos los nombres de los involucrados, pero que hace apenas dos meses supo que había sido Kompass quien lo hizo.

“El principio de las investigaciones de la ONU es no hacer daño. Las reglas existen no para proteger a los burócratas, sino a las víctimas vulnerables”, señaló.

Un tribunal interno de la ONU ordenó que Kompass fuese repuesto en sus funciones -mientras se continuaba investigando si había incurrido en una falta-, lo que ya se ha cumplido, dijo Zeid.

El alto comisionado mencionó que se había reunido esta mañana con el jefe de operaciones, con quien estuvo de acuerdo en que “el trabajo de nuestra oficina está por encima” de cualquier desacuerdo, pero aclaró que no se había disculpado por haberle sancionado.

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