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Las autoridades cumplen órdenes de prisión contra supuestos traficantes y sospechosos que estarían además implicados en el asesinato del comisario de la Policía Civil de Río Fábio Monteiro y del agente Bruno Guimaraes Buhler.
La operación comenzó sobre las 06.30 hora local (08.30 GMT) y, según algunos testigos citados por medios locales, se produjeron “intensos” tiroteos en la zona. El espacio aéreo en Río de Janeiro está cerrado al tráfico de helicópteros y aeronaves, si bien los dos aeropuertos de la ciudad más emblemática de Brasil se encuentran operativos, tanto el internacional de Galeao, como la terminal para vuelos nacionales de Santos Dumont.
Jacarezinho, una de las favelas más peligrosas de Río, ya ha sido el escenario de otras operaciones este mismo mes de enero, especialmente desde que el pasado día 12 fuera encontrado en el interior de un vehículo el cuerpo sin vida del comisario Monteiro. Las autoridades detuvieron la semana pasada al supuesto jefe del tráfico de esa barriada, Wellington de Souza Macedo, alias “Caolha” y a otras 15 personas también acusadas de la muerte del comisario.
El estado de Río de Janeiro, cuya población se concentra mayoritariamente en su capital homónima y la región metropolitana de esa urbe, afronta una grave crisis de seguridad desde la celebración de los Juegos Olímpicos de 2016.
La ola de violencia obligó al Gobierno central a enviar a mediados del año pasado 10.000 soldados de las Fuerzas Armadas con la previsión de que permanezcan allí hasta finales de 2018. El estado de Río registró en 2017 el mayor número de muertes violentas desde 2009, con 6.731 homicidios, un 7,5 por ciento más que el año pasado, según un reciente informe del Instituto de Seguridad Pública regional.
Río también sufre una de las mayores crisis económicas de su historia después de que se declarara el estado de “calamidad financiera” (quiebra) debido a los Juegos Olímpicos y a los múltiples escándalos de corrupción que han salpicado a sus últimos gobernantes.