Día del Padre: con venta de asaditos mantiene a su familia y paga estudios de sus hijos en la Universidad

CARAPEGUÁ. Don Leonor Sosa (67 años), domiciliado en la compañía Espartillar de este distrito, hace once años decidió aventurarse en poner un puesto de venta en la esquina de la plaza Gral. Eduvigis Díaz, donde todas las noches vende asadito de carne y cerdo, butifarra casera y chicharó trenzado con mandioca. Con dicha actividad mantiene a su familia y paga estudio de sus dos hijos que van a la Universidad.

Don Leonor Sosa, 67 años de edad, un ejemplar padre que lucha por su familia y sus hijos.
Don Leonor Sosa, 67 años de edad, un ejemplar padre que lucha por su familia y sus hijos.abc color

Un papá ejemplar que no se rinde ante las adversidades es Don Leonor, que al ver que ya no le resultaba la venta de artesanía ambulante que realizaba en el departamento Central, decidió cambiar de rubro. Fue así que en enero del 2013, con ayuda de su esposa Elida González, se inició a la venta de asaditos, butifarra y chicharó trenzado con mandioca.

Con la venta de asadito, Don Leonor Sosa, mantiene su familia y hace estudiar a sus hijos en la Universidad.
Con la venta de asadito, Don Leonor Sosa, mantiene su familia y hace estudiar a sus hijos en la Universidad.

De eso ya pasaron 11 años y dijo que encontró una alternativa diferente de trabajo para generar ingreso para mantener a su familia y para sus dos hijos quienes en ese momento eran estudiantes. Hoy día uno de sus retoños de 24 años de edad estudia en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) la carrera de Ingeniería en Electromecánica. El otro inició este año la carrera de Análisis de Sistema en la Universidad Católica de Carapeguá.

El hombre recuerda con nostalgia que él había dejado su colegio cuando estaba estudiando el tercer curso en el colegio Mariscal José Félix Estigarribia de este municipio, porque sus padres eran de escasos recursos. Para ayudarles decidió dedicarse a la venta de artesanía. Por eso, inculca a sus hijos y a los jóvenes, a que estudien, dejen de lado la farra y tengan una profesión para que no terminen como el, sufriendo frío y calor en la calle.

Don Leonor Sosa, acompañado de su hijo Walter Sosa. Lo encontramos cocinando asadito y butifarra para sus clientes.
Don Leonor Sosa, acompañado de su hijo Walter Sosa. Lo encontramos cocinando asadito y butifarra para sus clientes.

Dijo que se siente feliz que sus hijos porque no están metidos en ningún tipo de vicios, no salen a farrear, porque la juventud de ahora ya no quiere estudiar. Le gustaría ver que se gradúen y que sean excelentes profesionales.

Recomendó que cuando uno quiere trabajar y salir adelante no debe tener vergüenza. Recordó que el peor momento pasó con su familia durante la pandemia 2020-2021, no podía instalar su puesto por la prohibición de la cuarentena. En ese entonces, la esposa le preparaba empanada, sopa, butifarra y salía a vender entre sus vecinos para subsistir. Don Leonor es un papá luchón, un ejemplo de vida para aquellos que ponen excusas para trabajar.

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